Cinco diamantes en sortija de plata
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Quereda: "Veníamos a hacer cuatro ejercicios redondos"
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Tercera medalla de la rítmica olímpica española
La seleccionadora española de gimnasia rítmica, Anna Baranova, las llama sus "cinco diamantes": cinco gimnastas que en Río de Janeiro quedaron engarzadas en un anillo de plata, el metal de una medalla largamente esperada.
Alejandra Quereda, la capitana, y Lourdes Mohedano, Sandra Aguilar, Elena López y Artemi Gavezou, la debutante, consiguieron aquello por lo que han entrenado día a día en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid durante los últimos cuatro años.
Para recorrer el camino hacia el podio de Río pospusieron una retirada que, por edad, ya debían haber emprendido la mayoría de ellas. Aparcaron sus estudios (medicina, INEF...), ignoraron sus lesiones, se despidieron de sus familias y se concentraron en lo único que les importaba: la medalla olímpica.
Estuvieron a punto de saborearla hace cuatro años en Londres, cuando Italia les quitó el bronce de las manos. Fue doloroso. Todas excepto Gavezou estaban allí y todas decidieron que debían darse una nueva oportunidad.
Las rusas que ganaron hoy el oro tienen dos veteranas (1992 y 1994) y tres gimnastas nacidas entre 1997 y 1998. Todas las españolas vinieron al mundo entre 1992 y 1995. Su madurez, aseguran, forma parte de su éxito.
Alejandra Quereda (Alicante, 1992) es la capitana. Para Baranova, "es una líder, la que tira del equipo hacia arriba".
"Le gusta la perfección en todo. Estudia Medicina, puede hacer mil cosas a la vez", destaca.
De Lourdes Mohedano (Córdoba, 1995) dice que es "sentimiento y pasión". Interpreta la música como ninguna y por eso está "en el centro de muchos pasos de música".
Sandra Aguilar (Madrid, 1992) es para la seleccionadora "una niña especial, con el cuerpo perfecto" para la gimnasia. "Cuando creemos que es imposible hacer algo, luego decimos: solo Sandra puede hacerlo".
Elena López (Valencia, 1994), "más cerrada" que sus compañeras, hasta que "se relaja y se abre", requiere "suavidad, abrazos, más atención".
Artemi Gavezou (Salónica, Grecia, 1994) fue la última en llegar y es "la más tímida", pero la alumna perfecta: "muy trabajadora, muy bien educada, nunca da problemas ni tiene una mirada mala".
Como Gavezou, Baranova también llegó de otro país, en su caso Bielorrusia. Tiene desde junio de 2015 la nacionalidad española, pero el carácter ya lo había asumido mucho antes. No hubo más que ver el "¡Tomaaa!" con el que celebró el espléndido primer ejercicio de sus diamantes en los Juegos.
Las chicas de plata trajeron a Río un amuleto que les regalaron las chicas de oro, su referencia, las que se proclamaron campeonas olímpicas en Atlanta.
Estela Giménez, Marta Baldó, Nuria Cabanillas, Tania Lamarca, Estíbaliz Martínez y Lorena Guréndez les llevaron una edelweiss, la flor de las nieves, que viajó en la maleta y parece haberles dado suerte.
Unas vacaciones, en algunos casos con sus familias venidas a Brasil, y luego una puesta a punto en los quirófanos -Alejandra Quereda una cadera, Elena López un pie- son los planes más inmediatos de las nuevas joyas de la gimnasia española.