La bolsa olímpica remonta pérdidas gracias a Sion y Calgary
El apoyo del Consejo Federal suizo al proyecto olímpico de Sion 2026 y la reelección del alcalde de Calgary (Canadá), Naheed Nenshi, favorable a estudiar una candidatura, han animado en apenas 48 horas un ambiente olímpico alicaído tras la derrota el domingo en referéndum de los planes de Innsbruck (Austria).Natalia Arriaga
El gobierno de la Confederación Helvética decidió hoy apoyar económicamente la candidatura de Sion con una dotación de unos mil millones de francos (866 millones de euros, unos mil millones de dólares), al considerar que los Juegos representan una gran oportunidad para el deporte, la economía y la sociedad.
El Parlamento federal y la población de los cantones implicados aún deben dar su respaldo a los planes olímpicos de Sion, que ya lo intentó en otras tres ocasiones.
La semana había comenzado con malas noticias para el Comité Olímpico Internacional (COI), ávido de recuperar a ciudades importantes para luchar por la sede de los Juegos. Así, el "no" se impuso con el 53,25 por ciento de los votos en el referéndum convocado en el Tirol austríaco para decidir sobre la candidatura de Innsbruck.
Pero solo un día después la curva comenzó a remontar con la reelección de Naheed Nenshi como alcalde de Calgary.
En la ciudad canadiense, que ya fue sede olímpica en 1988, el equipo del mismo alcalde aprobó el pasado agosto, por 9 votos a 4, estudiar una nueva candidatura para 2026. La continuidad de Nenshi en el cargo indica que el proyecto sigue sobre la mesa.
El regidor ha condicionado los planes a que sean económicamente sensatos.
Un estudio encargado por el ayuntamiento concluyó que los Juegos requerirían una inversión pública de 2.000 millones de dólares canadienses (1.600 millones de dólares estadounidenses).
Según un sondeo interno, dos tercios de los habitantes de Calgary y alrededores apoyarían un proyecto olímpico.
El COI se puso manos a la obra y publicó el martes las nuevas normas que regirán el proceso de elección de los Juegos de 20206, en principio más sencillas y con menor coste económico para las aspirantes.
Habrá una "fase de diálogo", que se abre ahora y concluirá en octubre de 2018, y otra "de candidatura", hasta septiembre de 2019. Durante la primera, las ciudades no tendrá que comprometerse formalmente a presentar un proyecto, sino que serán asesoradas por el COI sobre sus opciones y los requisitos que deben cumplir.
No habrá pagos, ni presentaciones, ni exigencia de garantías.
En la fase formal de candidatura las ciudades tendrán que presentar un informe, en enero de 2019, notablemente simplificado respecto a anteriores procesos: las preguntas a las que deberán contestar se reducirán en un tercio.
El COI calcula que la ciudad ganadora de la sede recibirá de su parte una contribución de 925 millones de dólares, procedentes de los derechos de televisión y de mercadotecnia.
Mientras, en Salt Lake City, sede de los Juegos de invierno en 2002, un grupo de políticos y empresarios ha creado una plataforma para estudiar un proyecto para 2026.
Sus intenciones podrían verse perjudicadas por la reciente concesión a otra ciudad estadounidense, Los Ángeles, de la sede de los Juegos de verano de 2028. Un proyecto invernal para 2030 podría tener más opciones, ha dicho el presidente del Comité Olímpico Estadounidense (USOC), Larry Probst.
Hamburgo y Múnich (Alemania), Cracovia (Polonia) y Berna y Davos (Suiza) son algunas de las ciudades que han rechazado recientemente en referéndum candidaturas olímpicas. En Oslo, Estocolmo, Roma y Budapest quienes cerraron la puerta a los proyectos fueron sus gobiernos, ayuntamientos o parlamentos.
La sede de los Juegos de Invierno de 2026 se decidirá en Milán en septiembre de 2019.