El Real Madrid pasará la prueba del algodón ante el CSKA
El Real Madrid se mide este jueves al CSKA de Moscú en un partido en el que estará en juego el liderato de la competición y en el que tras las dos últimas derrotas madridistas, en Atenas ante Olympiacos y en el Palau ante el Barcelona, pasará una especie de prueba del algodón.
Los enfrentamientos ante el CSKA siempre tiene un halo especial, es un clásico europeo desde hace casi sesenta años y que ambos equipos ocupen el liderato de la clasificación, junto al Fenerbahce, no hace sino fomentar el interés.
Los dos equipos están plagados de estrellas, son los dos mejores anotadores de la competición y el espectáculo está garantizado. Todavía no se ha llegado al ecuador del calendario y, por tanto, todavía no será decisivo el resultado, pero cuando dos pesos pesados se enfrentan el partido puede ser cualquier cosa menos intrascendente.
Los dos equipos mantienen sus respectivas estructuras, con pocos cambios y algunos refuerzos y, sobre todo, los mismo primeros espadas, Nando de Colo, Sergio Rodríguez, Will Clyburn, Nikita Kurbanov, Kyle Hines y Othello Hunter, entre otros, en el caso del equipo moscovita.
El CSKA es un equipo en el que los tiradores tienen permiso para lanzar en cualquier circunstancia, aprovechando el juego que generan De Colo y 'Chacho' Rodríguez. Su juego a campo abierto es más que notable y sus jugadores hacen un baloncesto directo y agresivo de cara al aro.
Los pívots del CSKA no son especialmente altos, casi al contrario, pero son muy atléticos y fuertes, a la vez que ágiles y rápidos. Una circunstancia que se sale de la normalidad y a la que hay que adaptarse en los partidos.
El Madrid es perfecto conocedor de todas estas circunstancias y sabe lo que hay que hacer para intentar la victoria, "ser competitivos en las situaciones que son fundamentales" para ellos como "el rebote, no hacer perdidas y el uno contra uno", porque a partir de ahí generan su juego, dicho en palabras de Pablo Laso.
A partir de ahí un partido entre dos grandes equipos que cuentan con muchas de las mayores estrellas de la competición no es sino un reclamo para los mejores gourmets del baloncesto europeo.