Florentino Pérez, desatado, quiere cerrar el fichaje del sucesor de Messi antes de que vuele, de lo mejor que hay en Argentina

Argentina es un país repleto de joyas, y una fuente inagotable de grandes talentos, aunque el protagonista de hoy, Alejandro Garnacho, nació y se crió en España. Pese a ello, optó por representar a la selección ‘albiceleste’, con la que esperaba participar en el Mundial de Qatar, y no a ‘la Roja’. Su ausencia fue una de las más comentadas, y muchos criticaron la decisión de Lionel Scaloni, que prefirió optar por jugadores con más experiencia en la élite.

Los pocos partidos que había disputado con el primer equipo del Manchester United no fueron suficientes para ganarse la llamada, por mucho que dejara unas sensaciones increíbles en todos los encuentros que Erik Ten Hag le dio la oportunidad de participar. Por suerte para él, eso sí que le ha valido para atraerá el interés del Real Madrid, que se ha marcado su fichaje como un objetivo prioritario, pues Florentino Pérez está convencido de que será una estrella de talla mundial.

No solo eso, sino que incluso cree que se convertirá en el sucesor de Leo Messi en su combinado nacional, lo que son palabras mayores. De momento, la carta de presentación que ha dejado el extremo de 18 años se resume a unos pocos choques de la Premier League y la Europa League, dos competiciones en las que ya ha estrenado su cuenta goleadora, y ha hecho gala de su increíble velocidad, su explosividad y su habilidad con la pelota.

El margen de progresión que tiene por delante aún es muy grande, si bien lo que le hace tan atractivo es el hecho de que finalice contrato en el mes de junio. Como apuntan en ‘El Nacional’, desde el Santiago Bernabéu no quieren dejar escapar la oportunidad de llevarse a Garnacho de forma completamente gratuita, y esperan con ansías a que llegue el día uno de enero para poder comenzar a negociar libremente con él y con su entorno.

Habrá que ver si el hispano-argentino decide abandonar Old Trafford, después de aterrizar en verano de 2020, y traicionar al Atlético de Madrid, en el que se formó, para marcharse a jugar al eterno rival.