(2-1) El Málaga se estampa en Vila-Real y ya es colista

Villarreal C.F.

2

1

Málaga C.F.

 

Se consumó la peor noticia posible: el Málaga ya es colista de Primera. Ha perdido su sexto partido en ocho citas y las sensaciones, resultados al margen, son de que el equipo empieza a desmoronarse. En ningún momento ha aparentado la sensación de tener recursos para empatar el encuentro. Y lo peor no es eso, sino que ha sido ante un Villarreal que no está nada bien, tenso, y que tiene mucho miedo. Con poquito ha logrado su primera victoria de la temporada y hunde más al equipo de Muñiz, que parece haber perdido su espíritu y está irreconocible.

El debate ya hay que cerrarlo. Luque no está bien del todo, aún  le falta para coger su punto óptimo, pero ofrece a este Málaga cosas diferentes. Entre ellas, gol. Y eso es mucho. Ha cazado un buen centro de Fernando y con la cabeza ha puesto el empate justo antes del descanso. No trabaja en defensa lo que Muñiz quiere de un jugador de banda, pero su talento es indiscutible y tiene, insistimos, gol. Y el Málaga escasea de eso. Posee, además, carácter, experiencia y calidad. Su tanto igualó un choque que había desequilibrado Nilmar. El plan diseñado por el Málaga era el de la paciencia. Aguardar juntitos una ocasión para poner el partido en franquicia  y jugar con los nervios amarillos. Muñiz tiene muchísimo trabajo por delante. Pero tampoco es poca la tarea de Valverde. El Villarreal no responde al perfil de equipo grande y plantilla de Champions. Está mal. Con mucho miedo. Y eso se vio ayer. Pero el Málaga anda también muy mal.  

Su guión de partido no le funcionó. Porque el equipo no está bien, no transmite y demuestra una fragilidad más que inquietante. Hace falta muy poquito para ganarle a este Málaga. Ayer consiguió equilibrar el partido. Y cuando los pitos estaban empezando a sentirse desde la grada por el mal partido de los de Valverde, Capdevila aprovechó el hueco que le dejó Obinna en una barrera y marcó el segundo gol amarillo. Ahí se acabó el encuentro. Los cambios de Muñiz no resultaron y el equipo sólo demostró voluntad y ganas de empatar. Nada más. Bueno sí, un penalti de Capdevila que Velasco Carballo mandó al limbo. Pudo cambiar el resultado final, pero no las sensaciones de un Málaga que, un domingo más, volvió a estrellarse.
Muñiz retiró a Luque y a Fernando y el equipo perdió la poca llegada que tenía por los costados. Valdo sigue sin llegar a Málaga, de Forestieri sólo está su gol en pretemporada al filial, los delanteros tienen poca presencia en el juego y, defensivamente, se ha perdido la contundencia. El equipo trabaja. Es indiscutible. Pero no le está llegando el fruto. Muñiz no para de hacer cambios, pero no encuentra soluciones. Igual es hora de replantearse el plan si lo hay, que seguro que sí. Aunque, con sinceridad, no se le adivina. Y quizás eso es lo más preocupante, que su propuesta, ocho jornadas después del inicio, es indescifrable.