30.011 almas luchan por sobrevivir (17:00)
¿Qué más se le puede pedir a Málaga? Nada. Porque llega la hora de la verdad y responde. La Rosaleda reventará de gente, gente apoyando a su equipo en el día más importante de su historia reciente. Hay tres puntos de salvación en juego. Poco importa el rival, el juego o las circunstancias, al Málaga sólo le vale ganar. Y Málaga no está preparada para otra cosa que no sea ver a su equipo vivo, con media permanencia en el bolsillo. Acudirán 30.000 pero le piden algo a cambio a los 11 que salten de inicio, al que se sienta en el banquillo y a los que jueguen luego. Málaga quiere seguir siendo de Primera.
Se dice que un campo así te da el primer gol, pero nunca ha subido en el marcador un cántico de la afición, hay que admitirlo. Ahí entran los jugadores y su amor propio. Porque cuestiones futbolísticas escasean, por eso se ve donde se ve este Málaga. Tiene menos de lo justo Muñiz para hacer un once digno, pero es lo que hay.
El Málaga tendrá que tirar de sus centrales de guardia y no sabe qué podrá poner en el centro del campo, con Toribio y Apoño por encima de sus posibilidades. El único puesto donde tiene para elegir por cuestiones meramente tácticas es la delantera. Manda narices. Baha, casi con toda seguridad, será el escolta. En punta la duda está entre Caicedo y Obinna. Cada uno da lo suyo pero ninguno es tan determinante ni influyente en el juego como para ganarse la propiedad del puesto. Muñiz alquilará el 9 a uno de los dos.
Enfrente, un Sporting que debía llegar salvado desde hace semanas y que ahora podría ser cazado por el Málaga. Viene a lo callado, con humildad, no haciendo ascos al empate. Mensaje embaucador. Mala cosa. Pero quién es quién se ve en el campo.
Alineación probable:
Málaga: Munúa; Gámez, Iván, Juanito, Mtiliga; Toribio, Apoño; Fernando, Baha, Duda; y Caicedo u Obinna.