El Atlético vendrá a Málaga como finalista copero y liderado por un Diego Costa arrollador
El Málaga lleva con el Atlético de Madrid en la cabeza desde que salió de la ducha del Villamarín. El Atlético, por su parte, aún paladea a estas horas su pase a la final de la Copa del Rey tras empatar a dos esta noche en el Sánchez Pizjuán (2-1 en la ida).
Los colchoneros llegarán más cansados que el Málaga, puesto que el partido de hoy ha sido de mucho desgaste, pero con la confianza anímica incalculable que da entrar en una final, la tercera desde que llegó Diego Pablo Simeone que, curiosamente, debutó como entrenador rojiblanco la campaña pasada en La Rosaleda.
De entre todos, llega especialmente iluminado Diego Costa, que lleva varias semanas a un gran nivel y gobernando los partidos de su equipo. Hoy, sin ir más lejos, marcó un gol, dio una asistencia y provocó las expulsiones de Medel y Kondogbia. Fue un huracán que volvió loco a todo el Sevilla. Lo mismo pasó el domingo contra el Espanyol, cuando el brasileño provocó el penalti que dio el triunfo a los colchoneros. Costa ha dejado al mismísimo Adrián en el banquillo y forma pareja temible con Falcao, que también marcó hoy.
No hay que olvidar que el delantero rojiblanco, que roza lo antideportivo en muchas de sus acciones, ya las tuvo tiesas hace unos años en Segunda División con Weligton, a quien le abrió de un rodillazo una brecha en la ceja que se saldó con siete puntos de sutura. “Se lo merecía”, llegó a decir después. El año pasado se volvieron a ver las caras en el Málaga-Rayo (4-2 y gol de Costa de penalti). Este domingo prometen saltar de nuevo chispas.
Por lo demás, el Atlético acumula problemas en la media. A la consabida baja por sanción de Gabi, se ha unido la lesión del otro pivote titular de Simeone, Tiago, que se retiró del partido del Pizjuán por un fuerte golpe en el brazo. Su concurso el domingo en La Rosaleda es una interrogante.