Buonanotte, una burbuja cada vez más desinflada

Diego Mario Buonanotte, natural de Santa Fe (Argentina) y nacido el 16 de abril de 1988, pasó por ser una de las grandes perlas del fútbol argentino a mediados de la primera década del siglo XXI. Escuela de River Plate, una garantía, un escaparate inmejorable... Pero resultó, como muchos otros futbolistas, un producto inflado por encima de su valor futbolístico neto. Y ya va soltando sus últimos gramos de aire.

Acaba de irse traspasado por el Granada al AEK de Atenas, un acuerdo que se anunció este jueves de manera oficial, aunque Sandoval ya sabía que no iba a contar con él, porque ni el entrenador ni los dirigentes del conjunto nazarí le tienen fe al menudo futbolista argentino. Además, sólo hay que ver las condiciones del traspaso, que según informó el mismo Granada, dependerá de variables como el rendimiento de Buonanotte y la posición en que termine el cuadro ateniense.
Pero hay que remontarse a su etapa en el Málaga, que fue el único club europeo que apostó decididamente por Buonanotte y pagó por él una cantidad que rondaba los 4,8 millones de euros, en una etapa en la que la dirección deportiva estaba en manos de Antonio Fernández. Luego hay que recordar que River Plate denunció al Málaga por impagos, pero esa es otra historia...
Buonanotte era un futbolista con una gran calidad técnica, velocidad, regate y buen golpeo de balón, pero que tras debutar en 2006 con la camiseta de River a los 17 años y lograr convertirse en una de las grandes promesas del fútbol argentino. Campeón del Clausura 2008 con los millonarios entrenados por Simeone y oro olímpico en Pekín ese mismo año, parecía destinado a ser un 'nuevo Messi'. Sin embargo, una tragedia personal le cambió la vida y su carrera se truncó.
Siguió jugando al fútbol, pero nunca volvió a ser el mismo. Por eso sorprendió que el Málaga le rescatase y además por una cantidad tan importante. Se le fichó en enero de 2011, pero siguió en River hasta final de temporada, incorporándose al Málaga de Manuel Pellegrini ese mismo verano. Sin embargo, nunca llegó a hacerse con un puesto, teniendo un papel más bien de revulsivo. El jugador, que se consideraba que estaba preparado para mayores metas, nunca aceptó bien su situación deportiva en el Málaga, así que en enero de 2013 recaló en el Granada, que pagó más de dos millones de euros por 'El Enano'.
En el Granada tampoco tuvo mucha continuidad, así que en 2014 fue cedido al Pachuca de México, siendo otra experiencia frustrante para todas las partes. De allí, tocó regreso a su país. Pasó al Quilmes, donde jugó los últimos meses. Y ahora, decíamos, al AEK de Atenas. Conjunto que siempre recordará, por otro lado, al malaguismo a aquella brillante UEFA, a aquel gol de Manu...