Bofetada al CSKA, bofetada a la Euroliga (78-86)

Venga, ahora cierren las puertas de la competición, póngaselas al campo. Pero que sepan que se equivocan. El Unicaja aplasta el establishment de la Euroliga y hace temblar al baloncesto europeo. Victoria singular, estética, coral, sublime... Paremos de gustarnos, pero gritemos alto que el conjunto malagueño ha conquistado Moscú por 78-86 y se lleva el duelo de invictos. Único intocable de la vieja Europa y virtualmente en Top-16 con su 5-0.

Para muchos, incluso para Joan Plaza, lo importante en Moscú es salir con la cabeza alta. Porque no hay que ser obtuso ni negar la realidad. No pasa nada por decir que son mejores que tú y que lo normal es que te ganen. Por fortuna, el deporte a veces te regales estos momentos que hay que saber saborear con todos sus matices.
Si salir de la capital rusa airosos ya es importante, conquistarla a base de un baloncesto imperial se acerca al éxtasis. Es casi indiscutible que Mindaugas Kuzminskas es uno de los mejores jugadores que hay fuera de la NBA. Ya no en su condición de alero (-alto), sino en términos infinitos. 22 puntos, 4 rebotes, 3 asistencia. Fácil, para él todo es fácil.
Aunque una cita así no se gana por inspiración individual, hay que aportar más. Y en los momentos de la verdad, ahí estuvo Edwin Jackson, con el modo Curry encendido (24 puntos para el francés, que anotó 6 triples). También Carlos Suárez, que no está teniendo la mejor de las temporadas como ala-pívot, pero que al final entre rebotes y triples añadió al cocido el punto que necesitaba. Como buen madrileño.
La primera parte ya se había visto en otras ocasiones contra el CSKA, que tiene días de estos en los que te permite acercarte lo suficiente para que le mires a los ojos, pero luego siempre le dan al interruptor. Del 43-42 con el que se llegó al descanso, los rusos tomaron algo de aire. En uno de esos arreones casi por sistema te desconectan del partido y se acabó la batalla. No esta vez.
Markovic fue un director de orquesta a la altura de su amigo y compañero Milos Teodosic, que falló a la hora de la verdad. Solamente el pequeñajo de espalda gigante Hines sostenía al CSKA. Pero cuando toca proeza, toca proeza. Este partido era para el Unicaja del arquitecto Joan Plaza, que le ha dicho a la Euroliga: "Échame si quieres, tú te lo pierdes".