Dos meses del inicio de la metamorfosis
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Este domingo se cumplen dos meses del inicio de la metamorfosis del Málaga, la llegada de Míchel. Fue el 7 de marzo, hace justo dos meses y pareciera que ha pasado una vida. La dinámica era muy negativa y, pese a la fe ciega que el jeque Al-Thani tenía en el Gato Romero, la entidad en consenso optó por un relevo. El Gato dio un paso al lado, aún sigue perteneciendo al club, y se pensó en Míchel. Las negociaciones, según el propio Míchel, fueron tan rápidas que de un día para otro ya estaba asomando la cabeza por la estación María Zambrano. Comenzaba su era y la metamorfosis del Málaga.
Porque, ¿qué hubiera pasado de no haber llegado el madrileño? Nunca se sabrá. Pero el fuego acechaba y las calculadoras echaban humo. Dos meses después, las cuentas no se enfocan por abajo, sino por arriba para acechar al décimo puesto y salvar dignamente una temporada torcida. Y eso que Míchel no empezó bien. De hecho sólo sumó un punto de los primeros nueve, con derrotas muy dolorosas, como la del Alavés, y muy preocupantes, como la del Atlético. Pero, poco a poco, el equipo comenzó a remontar el vuelo, primero dejando la portería a cero (Leganés), luego ganando el primer partido a domicilio de la temporada (Sporting), y después recuperando la solidez en La Rosaleda (Barcelona, Valencia, Sevilla…).
El Málaga volvió a creer en sí mismo y los jugadores recuperaron una confianza desviada para ofrecer sus mejores versiones. En dos meses se han reanimado a futbolistas como Diego Llorente y Ricca que parecían fuera de órbita. Otros han desaparecido del mapa: Demichelis, José Rodríguez, Chory, Michael Santos… Y ninguno se ha podido quejar de falta de oportunidades. Y todo eso en dos meses, nueve partidos, 16 puntos, once goles a favor y ocho en contra y la ilusión del malaguismo recuperada para la causa.