Visto para sentencia

La sentencia está dictada, el verdugo presto a cumplirla y el malaguismo en pleno echa ya cuentas para saber cuándo se consumará la debacle. El efecto José González ha quedado diluido al tercer partido con una derrota durísima en Las Palmas que le deja más colista aún y descolgado ya incluso de los equipos que también están en zona de descenso. 
El Málaga cayó derrotado en un duelo que valía doble, en el que había que morir, morder, pasar por encima del rival. Pero este equipo está herido de muerte. Tiró por la borda una primera mitad para amagar con algo de fútbol en la reanudación de la segunda. Pero donde no hay, es imposible sacar. Y nadie logró en la historia salvar el cuello con los dígitos que suma el Málaga.
Las Palmas, que ya venció en el partido de ida, se alió con la fortuna en el gol de Halilovic. Un tanto doloroso, por cómo se produce y en el minuto en el que llega (90). Un gol que confirma lo evidente, la ausencia por completo de este Málaga en las citas decisivas. Ahora, será necesario lidiar con una competición que ha dejado de ser la suya a todas luces.
Y no es que el equipo canario fuera mejor. Pues viendo un rato a Las Palmas y Málaga es fácil imaginarse por qué ocupan los dos últimos puestos de la tabla clasificatoria en Primera. Que el primer disparo entre los tres palos del choque llegara en el minuto 42 dice mucho de todo lo mal que hicieron ambas escuadras antes del descanso. Quizás atenazados por el miedo a perder, quizás mostrando la cruda realidad de ambos equipos, pero lo cierto es que apenas se vio algo de intención salvo en los últimos minutos del primer tiempo del equipo local.
Roberto metió una buena mano para evitar males mayores a un disparo de Míchel, al que seguirían un par de ocasiones de cierto peligro, como la internada de Toledo o el disparo de Calleri.
Pero el Málaga no crea, el equipo de José González es incapaz de generar algo de juego que culminen en ocasiones de cierto peligro. Ideye era una auténtica isla desierta en el entramado impuesto por el técnico gaditano. Y para colmo, ninguna de las alas blanquiazules era capaz de ofrecer un resquicio, un asidero donde agarrarse ofensivamente.
El asueto le sentó algo mejor al equipo andaluz que, al menos, fue capaz de encontrar el camino a la portería de Chichizola. Pero es tal el estado de despropósito en el que anda sumido el Málaga que, hasta las ocasiones clarísimas, se convierten en una condena más que una solución. A Samu se le hizo de noche cuando más franca la tenía y a Chichizola se le vino a aparecer la Virgen en el tiro franco de Keko a pocos metros de la meta local. Una ocasión de las que vienen matando al equipo durante todo el curso.
Respondía más por vergüenza que por calidad Las Palmas que tampoco acertaba a encontrar el camino del gol. Roberto volvía a sacar un tiro a Etebo, un digno fichaje para el equipo canario que hizo todo y más para sacar a los suyos del atolladero.
Los merecimientos por uno y otro lado eran escasos para lograr el triunfo, pero es en estos envites cuando los golpes de suerte suelen caer del lado de quien más busca el gol. Sobra explicar a estas alturas que Las Palmas fue a por el tanto hasta el final y el gol de Halilovic, el primero que marca esta temporada, hundió a los de José González en el mutismo más absoluto.