El caladero malagueño de Segunda

El Málaga quiere malagueñizarse. Es una de las líneas maestras de la nueva política de cantera con Antonio Tapia, y también del primer equipo con Mario Husillos. Desde el inicio de su nueva etapa en Martiricos, el director deportivo argentino ha apelado al sentimiento, al compromiso y al vínculo emocional para que los cimientos y los lazos sean más fuertes y estrechos, y han sido ya varias las decisiones que se han tomado bajo esta premisa tanto a nivel de primer equipo (Samu) como a nivel de club (Duda o el propio Tapia). En los próximos meses seguirán llegando nuevos protagonistas con ADN malagueño y/o malaguista. Son frases o palabras estratégicas que definen o marcan proyectos, como la autosuficiencia de Vicente Casado en su día. Ahora se habla de malagueñización.

Pues bien, el escenario deportivo del Málaga parece estar abocado a la Segunda División. El trabajo para el reajuste de la próxima plantilla está siendo bastante exigente y fangoso. Hay muchas fichas, muchos sueldos, muchas amortizaciones, muchas cesiones y muchas situaciones contractuales que resolver, sin descuidar obviamente los posibles fichajes para la temporada que viene y, por supuesto, con la figura por concretar del entrenador que liderará el proyecto. En ese sentido, y entendiendo que regresarán malagueños a préstamo como Ontiveros o Luis Muñoz, el mercado de Segunda será un lugar obligado para echar el ojo. Allí se desempeñan actualmente ocho jugadores con sangre de la tierra, además de los anteriormente citados.
Con ellos se podría conformar un once interesante (3-5-2), en el que Manolo Reina, ahora en el Mallorca de Segunda División B, pero muy baqueteado en Segunda podría ser el portero, con Luis Muñoz, Nano y Kiko en defensa y un centro del campo formado por Ontiveros, Raúl Baena, Edu Ramos, Escassi y Pozo; y arriba la dupla Jona-Javi Guerra. En la siguiente galería inferior repasamos la situación contractual de cada uno de ellos y sus números esta temporada en Segunda, en la llamada Liga 1,2,3. Ellos conforman el caladero malagueño de Segunda en esta etapa de malagueñización y, probablemente, alguno de ellos vestirá de blanquiazul la temporada que viene.