Se escuchan ofertas, pero no se regalan jugadores

El Málaga necesita liberar masa salarial. No es ningún secreto. Pero el club no está por la labor de regalar a jugadores, y menos a los que siguen teniendo algo de mercado. Y ese es uno de los motivos por lo que no terminan de cristalizar algunas de las operaciones que se están gestando. Cada caso es diferente, cada jugador tiene unas circunstancias a su alrededor, etc. Pero en Martiricos tienen claro que, pese a no estar una posición cómoda porque el tiempo apremia y la planificación sigue avanzado de manera muy lenta, los jugadores que quieran marcharse deben dejar algún rédito.

Puede haber alguna excepción, como es el caso de Bakary Koné. La entidad va a intentar traspasarlo, pero si ningún equipo se interesara por el africano en esos términos también se vería con buenos ojos una cesión si el club de turno se hace cargo de su ficha al cien por cien. Sería su despedida definitiva, porque cumple contrato en 2019, y no se ingresaría nada en concepto de traspaso. Pero se liberaría el salario de un jugador que no cuenta. Lo mismo ocurriría con Tighadouini, al que el año pasado ya costó 'colocar'. Y en una situación parecida pueden estar jugadores como Cifu o Mikel Villanueva. 

Diferente es lo de Adrián o Roberto Rosales, por ejemplo, dos jugadores que tienen mercado y que interesan a equipos de Primera. El Leganés sigue de cerca al madrileño, mientras que el venezolano gusta al Girona y al Betis. Pero el Málaga no tiene necesidad de 'regalar' a ninguno de los dos porque en el club consideran que pueden ser jugadores importantes en Segunda. Obviamente, sus fichas son altas y si llega una buena oferta habría que estudiarla, sobre todo si los futbolistas quieren salir. Pero la entidad tiene muy claro que no se va a rescindir a este tipo de jugadores sin ningún tipo de contraprestación.