Baraja, de objetivo a posible víctima del Málaga
El Málaga y Rubén Baraja cruzan sus caminos varios meses después de que el club blanquiazul pusiera sus ojos en el técnico vallisoletano como candidato al banquillo de La Rosaleda. El todavía hoy entrenador del Sporting era una de las alternativas que tenía en cartera José Luis Pérez Caminero cuando desembarcó en la dirección deportiva en el mes de junio.
A Baraja le seducía la posibilidad de liderar el proyecto malaguista, pero el Sporting hizo valer su contrato y se negó a facilitar su marcha si no recibía a cambio el importe de su cláusula de rescisión (600.000 euros). Con ese escenario y la opción de Muñiz de nuevo abierta, Caminero priorizó la llegada del asturiano dado su excelente conocimiento de la Segunda División y su capacidad para dirigir proyectos aspirantes al ascenso.
Este domingo ambos entrenadores se verán las caras en situaciones muy diferentes. El Málaga llega después de ceder el liderato al Granada tras su derrota en El Sadar, pero afianzado en la zona alta de la tabla desde la primera jornada. El Sporting, en cambio, lleva una trayectoria muy irregular y la continuidad de Baraja está en el alambre. Los rojiblancos ocupan actualmente la decimotercera posición con 14 puntos, a seis del play off de ascenso y a 11 de los puestos de ascenso de directo.
Esta semana, su director deportivo, Miguel Torrecilla, ha tenido que salir a ratificar públicamente a su entrenador. Pero un mal resultado ante los blanquiazules complicaría sobremanera la permanencia de Baraja en el banquillo de El Molinón. Su verdugo podría ser paradójicamente Muñiz, que echó los dientes en Mareo y que hace gala de su sportinguismo de cuna allá donde va.
Un Sporting - Málaga suele ser un partido cargado de alicientes por sí solo. Pero esta vez también contará con una dosis extra de morbo desde los banquillos. Baraja ha pasado de objetivo blanquiazul a posible víctima del Málaga en sólo cinco meses.