El síndrome del visitante
Cazó un buen punto el Málaga en el Carlos Tartiere. Cerró el año el equipo blanquiazul con un partido en el que apenas dispuso de ocasiones. El de Oviedo volvió a ser el Málaga de los partidos fuera de casa. El síndrome del visitante hizo mella en el equipo de Martiricos, poco incisivo, falto de ideas y con muy poca presencia en ataque. En defensa mostró cierta solvencia pero tuvo dos lunares que estuvieron a punto de costarle la derrota. Munir, Diego González y el poste evitaron que Viti dejara los puntos en casa y permiten seguir sumando a los blanquiazules.
El partido siguió los mismos trazos de los últimos encuentros. Líneas muy juntas, cero espacios y una acusable ausencia de ocasiones de gol. La necesidad de puntos no envalentonó al Oviedo, que también se mostró más cómodo sin balón. Los argumentos ofensivos se limitaron a las acciones de estrategia y a sacar partido de algún error del rival. La única facilidad defensiva de todo el primer tiempo la dio el Málaga. El Oviedo encontró oro en las espaldas de Pau Torres y entre Munir y Diego González evitaron el gol, primero de Viti y luego de Bárcenas.
Así es Segunda. Y así es el angosto camino que hay que recorrer para regresar a los altares del fútbol español. En el haber del Málaga hay que colocarle su segundo partido consecutivo sin encajar gol. “Un Zamora te sube…”, reza el lema de Muñiz. Aunque en este caso la fortuna también tomó parte en el envite. Viti se estrelló esta vez contra el poste y la portería blanquiazul siguió a cero. Del Málaga no hubo noticias en ataque hasta el minuto 78, cuando Muñiz dio entrada a Ontiveros. El canterano agitó el partido, generó la primera acción de cierto peligro para el Málaga en su primera intervención y sólo unos minutos después sirvió a Cifu un balón excelso. Pero el lateral falló en el último pase y la ocasión se fue al limbo.
Los minutos finales dejaron un nuevo episodio para la polémica. Harper asistió a Blanco Leschuk y el argentino definió con clase por encima de Champagne. El asistente alzó la bandera y Leschuk se quedó sin gol de forma injusta. Al partido ya sólo le quedó tiempo para un último susto de Boateng. El Oviedo no apaga su crisis y el Málaga se va de vacaciones a dos puntos del liderato.