Triunfo 'made in Málaga'

Lo peor de la derrota del Málaga ante el Reus fue que no compitió, y ese gen no puede desaparecer del ADN de este equipo si quiere pelear por cotas altas. En La Romareda, el el conjunto dirigido por Muñiz no brilló, pero demostró oficio, solidez, compromiso. Además, volvió a ser ese Málaga que huele la sangre penaliza a su rival en el mínimo despiste que pueda tener. Así venció este domingo al Zaragoza, un triunfo 'made in Málaga' con el que el equipo cierra una primera vuelta notable y que le coloca tercero en la tabla, empatado a puntos con el segundo (Albacete) y a uno del líder, el Granada.

Muñiz agitó el árbol. No debió gustarle lo que vio ante el Reus, porque hizo cuatro cambios en el once y además varió el esquema. El Málaga jugó con una especie de 4-1-4-1 con Lacen entre la defensa y la línea de cuatro centrocampistas formada por Renato, N'Diaye, Keidi Bare y Hugo. Empezó intenso el Málaga, pero el equipo sigue jugando con las líneas muy retrasadas, y el Zaragoza se fue haciendo dueño del partido poco a poco.

Las primeras ocasiones fueron para los locales. Pombo, el jugador que llevaba casi todo el peligro del Zaragoza,  que protagonizó dos disparos peligrosos desde la frontal. El primero lo atrapó sin mayores problemas Munir, pero para desviar el segundo a córner sí tuvo que hacer una buena parada el meta melillense. La primera del Málaga llegó en el 26', Blanco robó un balón en zona peligrosa y regateó a Cristian Álvarez, pero se trastabilló y la jugada acabó en nada.

Ricca, goleador improvisado

Metió miedo el Málaga en esa acción, y en la segunda que tuvo no perdonó. El equipo apenas genera fútbol, pero es experto en penalizar al rival cuando tiene la oportunidad, huele la sangre. Ricca, que ya lleva tres goles y el segundo máximo realizador del equipo siendo defensa, abrió la lata en el minuto 30 rematando una falta lateral muy bien lanzada por Renato Santos. La estrategia volvió a dar réditos al conjunto blanquiazul, que sin ser superior se fue al descanso por delante.

Sufrió Lacen en la primera mitad y vio la amarilla muy pronto, de ahí que Muñiz lo dejara en la caseta tras el descanso para dar entrada a Adrián. Tampoco saltó al verde Hugo, que dejó su sitio a Juanpi tras la reanudación. El guión del Málaga no era otro que intentar cerrarse bien atrás para salir a la contra el busca del segundo. Pero el Zaragoza buscaba con ahínco la igualada. La tuvo Marc Gual tras un grave error de Diego González, pero Munir aguantó muy bien en el mano a mano y la sacó con el pie.

Pasaban los minutos y el plan salía. Con sufrimiento, pero el Málaga aguantaba el 1-0 ante un Zaragoza que se volcaba. La mejor ocasión de la segunda parte para los locales fue otro mano a mano que tuvo Marc Gual, esta vez en una posición más centrada. Un pase de James le dejó sólo frente a Munir, pero el portero blanquiazul se hizo enorme y volvió a salvar a los suyos con una parada que vale tres puntos. Sin brillar, ni mucho menos, se veía al Málaga de toda la temporada. El que ganó en Mallorca o en Almería, ese equipo comprometido, sacrificado y competitivo. Y cuando más sufrían los de Muñiz llegó la puntilla, un 0-2 que igual no reflejaba lo que se había visto sobre el césped, pero así es el fútbol...Una jugada embarullada en la frontal acabó en una situación de una contra uno de Adrián con Cristian Álvarez, al que batió por bajo con el interior con mucha sangre fría.

Poca historia más de ahí al final. Triunfo vital para el Málaga, que reacciona de la mejor manera posible a la dolorosa derrota frente al Reus y cierra la primera vuelta con 39 puntos, como tercer clasificado (igualado con el Albacete, que es segundo) y a uno del líder, el Granada, que es el campeón de invierno.