Remontadas con un patrón común: la pegada
"Fueron dos latigazos sus goles. La sensación que teníamos todos es que teníamos el partido controlado". Son palabras de Alberto Monteagudo tras la remontada del Málaga ante el Lugo en La Rosaleda, la tercera del curso del conjunto dirigido por Muñiz. Precisamente, la primera vez que el equipo volteó el marcador en la presente temporada fue en el Anxo Carro, en el estreno en LaLiga 1|2|3 contra el equipo gallego. La segunda data de la novena jornada, ante el Albacete en Martiricos. Y la tercera llegó este sábado, también como local.
Nueve puntos ha logrado el Málaga gracias a esas tres remontadas, que tienen un patrón común: la pegada. La primera de ellas llegó en el debut en Segunda, precisamente ante el Lugo. Se adelantaron pronto los locales aprovechando un fallo de Ontiveros en la entrega, pero los de Muñiz lograron dar la vuelta al partido en el tramo final gracias a los goles de Juankar y N'Diaye. Cuatro disparos a puerta realizó el Málaga, marcando dos tantos, casi un 50% de efectividad.
Eficacia cara a gol
La siguiente fue en La Rosaleda ante uno de los equipos punteros de la categoría el Albacete. Ya en la segunda parte, Bela adelantó a los manchegos desde el punto de penalti. Pero un doblete de Blanco Leschuk en apenas tres minutos dio al Málaga el triunfo y tres puntos importantísimos. Cinco veces tiró a portería el equipo blanquiazul en ese duelo, anotando otras dos dianas.
La tercera y última remontada llegó este sábado, también en Martiricos. El Lugo, al igual que en el partido de la primera vuelta, aprovechó un error de Munir para ponerse pronto por delante. Le costó al Málaga, pero acabó volteando el electrónico con un arreón en la segunda parte. Marcaron Adrián y Harper y el triunfo se quedó en casa. El cuadro dirigido por Muñiz tuvo menos posesión que los visitantes (46%-54%) y sólo remató cuatro veces a puerta, pero con esa pegada se ganan partidos en Segunda.
El Málaga es experto en penalizar al rival cuando tiene la oportunidad, y en esas tres remontadas quedó demostrado. No domina los partidos, no le preocupa tener más posesión,ni destaca por su caudal ofensivo. Pero el entrenador asturiano ha repetido en varias ocasiones que para ser un equipo competitivo en esta categoría se necesita solidez y pegada. Se mueven como pez en el agua sus equipos en ese escenario. Y suele poner como ejemplos al Granada, al Alcorcón o al propio Albacete, equipos que también están en los puestos altos de la tabla.