0-2, min. 87: Sadiku
Balón de oxígeno
El Málaga CF coge aire. Triunfo importantísimo del conjunto dirigido por Víctor Sánchez del Amo en Riazor (0-2). Golpe sobre la mesa del equipo cuando más lo necesitaba y ante un rival al que deja tocado y hundido como farolillo rojo. Victoria merecida del equipo blanquiazul, que ofreció una versión muy seria sobre el césped y supo aprovechar dos de las varias oportunidades claras que sí generó este domingo. Debe servir de impulso y hasta de punto de inflexión este alegrón en tierras gallegas.
Víctor salía con hasta siete cambios con respecto al once que dispuso ante el Cádiz, dando entrada de una tacada a Munir, Cifu, Mikel Villanueva, Keidi Bare, Adrián, Renato Santos y Antoñín. Cambió de esquema el técnico, partiendo con cuatro defensas, Mikel como lateral y el filial Cristo más adelantado por ese costado zurdo. Las primeras llegadas peligrosas fueron del Málaga, una de Adrián de cabeza tras una catapulta de Luis Hernández y otras dos fruto del desconcierto de la zaga gallega, que arrancó con muchos nervios. El Dépor era un flan, pero los blanquiazules, hoy de rosa, no eran capaces de penalizar esa tibieza. Renato Santos pudo abrir el marcador, pero desde una situación privilegiada, sin oposición y desde la frontal, disparó altísimo.
La estrategia dio frutos
Lo único que pasaban eras los minutos en Riazor, porque sobre el césped sucedían muy pocas cosas. Estaban frente a frente los dos colistas de la categoría de plata, y no es fruto de la casualidad. El que ganara este domingo tomaba oxígeno y el que perdiera quedaba muy 'tocado', y fue el Málaga, más serio y firme en el primer tiempo, quien golpeó por medio de Mikel Villanueva, que hizo el 0-1 en el minuto 41. Renato sacó el córner, Antoñín, de nuevo de lo mejor del equipo, prolongó de cabeza y asistió al venezolano, que llegó en superioridad al segundo palo y batió a Dani Giménez. Jugada de estrategia que dio sus frutos y permitió al cuadro malaguista marcharse al descanso por delante (0-1).
No se conformaba el Málaga, que salió en tromba tras el paso por los vestuarios. Cristo gozó de una doble oportunidad. Lo hizo muy bien el canterano, sobre todo en una primera acción en la que con un amago engañó al central, pero Dani Giménez sacó sus dos buenos disparos con la zurda. Pero la necesidad era del Dépor, que poco a poco fue estirándose y creciendo con más empuje y coraje que fútbol. En cualquier caso, los de Víctor empezaban a defender demasiado atrás, con el sufrimiento que eso conlleva.
Sadiku, a la tercera
Tenía que intentar matar a la contra el Málaga, y Sadiku tuvo una muy clara en el 77' tras una gran acción de Cristo, que cuajó un partido muy completo a nivel defensivo y ofensivo. Se escoró demasiado el delantero albano y cruzó demasiado su disparo. Minutos después volvió a perdonar, tardando un mundo en rematar y haciéndolo mal, flojo y centrado. No estaba teniendo su tarde el ariete, pero a la tercera fue la vencida, aprovechando un grosero error en una salida de Dani Giménez para hacer el 0-2 con la testa. Ya podía respirar el equipo, que suma tres puntos de oro en Riazor, triunfo que debe servir como punto de inflexión para abandonar cuanto antes la zona baja de la clasificación y mirar hacia arriba.
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