Elche: la travesía desde un descenso administrativo a la supervivencia

En el verano de 2015 el Juez Único de Disciplina Social de la Liga de Fútbol Profesional dictaminó el descenso administrativo del Elche, que abandonó LaLiga Santander después de una temporada sobresaliente, salvada con nota. Una mancha imborrable en los libros de historia del conjunto ilicitano, también del fútbol español. El único equipo bajado de categoría después de terminar la campaña, hay que recordar que el Reus fue excluido con la competición en curso. La Audiencia Nacional atribuyó para esta dura medida que el club valenciano no atendió a los requerimientos que se le hicieron para resolver sus deudas con la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT). El pago fue vencido y no ingresado en periodo voluntario.

Al mando estaba ya el empresario Juan Anguix que había tomado el mundo en julio y que debía solventar la herencia que había dejado José Sepulcre. No pudo solventar las deudas, con el agravante de no contar con los ingresos de un club en la élite. Y con el añadido de que le debía siete millones a futbolistas y empleados y que de no haber solucionado habría bajado a Segunda B. En ese plantel figuraban los malaguistas Lombán (espera estar de vuelta este domingo) y Adrián. Ese pago retrasado "cuando se le impuso la sanción y no antes" fue la razón esgrimida por la Audiencia para condenar a los franjiverdes. El gran beneficiado fue el Éibar, que había perdido la categoría deportivamente.

No fue sencilla la temporada 2015/2016, con una economía de entreguerras. Allí estaba Cifu y salieron jugadores como Sergio León, hasta entonces casi inéditos. Con Rubén Baraja conservaron la plaza en el escalón de plata, que perderían justo un año después. En el equipo estaban, entre otros, el internacional español Fabián Ruiz. Otro momento duro en la época reciente, pero que rápido sería remendado. Aterrizaría Pacheta, uno de los grandes héroes de la era actual. Fue el cuarto entrenador de la temporada 2017/18, la de la vuelta a LaLiga Smartbank. Ahí se consolidó el curso pasado, al igual que en la actual. Marcha undécimo, a dos puntos del play off y viene de empatar con el Almería.

Una metarmofosis que permite el césped

La vuelta a la categoría de plata limó muchos de los problemas que había en Segunda B, donde existía una fractura entre la afición y el Consejo de Administración del equipo ilicitano, además de rumores de venta. A ello sobrevivió el próximo rival del Málaga CF, que ahora ha alcanzado la estabilidad gracias al buen rendimiento deportivo. Un ejemplo de supervivencia después de tragos amargos en el terreno de juego y en los despachos. En el Martínez Valero, como ahora en La Rosaleda, se tenía un ojo en los despachos y otro en el césped. Ahora sólo se mira el balón.