2-0, min. 39: Lombán
El Málaga se libera
El Málaga se ha liberado. Se ha quitado las cadenas. Y no sólo en los despachos... También sobre el césped, que no es menos importante. El equipo brindó este domingo un gran triunfo a una Rosaleda volcada. Una victoria contundente y merecida que acabó en una fiesta, y de las grandes. Declarado el estado de felicidad, cinco puntos por encima del descenso y a tres del play off de ascenso. Queda mucho como Pellicer (qué mérito el suyo) dice por activa y por pasiva, pero la realidad es que al malaguismo nadie le puede quitar la alegría y el cosquilleo de estas últimas horas.
Salía Pellicer con dos novedades en el once. Lombán entraba por Diego González en el eje de la zaga e Hicham ocupaba el puesto de Antoñín, que fue el último descarte porque se cuece su salida al Granada. El Racing sabía a lo que venía y desde el comienzo se cerró atrás. Pero arrancó bien el Málaga, con dos buenas ocasiones en los primeros diez minutos. La primera, de Sadiku tras un gran servicio de Juanpi. El remate del albano se marchó alto cuando lo tenía todo para marcar. Poco después fue Adrián el que disparó desde la frontal. La sacó Luca Zidane y Tete no llegó al rechace.
Tete Morente se estrenó con un golazo
El Racing era un hueso, pero cuando los de Pellicer encontraban alguna grieta hacían mucho daño. Una buena acción personal de Hicham acabó en un centro raso al segundo palo al que no llegó Tete Morente por milímetros para marcar el boca de gol. Apretaba el Málaga con una Rosaleda volcada empujando a muerte. Se sacó la espina de no haber llegado a ese balón el gaditano marcando un golazo de bandera en el 29'. Se la dio Sadiku en profundidad, encaró al lateral y fusiló a Luca Zidane.
Martiricos era una fiesta, pero el equipo y la grada querían más. Y llegó el segundo, obra de David Lombán, que remató cual delantero centro un magnífico servicio de Juanpi en una falta lateral. El asturiano la cazó al vuelo y la puso en la escuadra con sutileza, haciendo el 2-0 y declarando el estado de felicidad en La Rosaleda antes del descanso.
Sin contemplaciones salió de la caseta el equipo de Pellicer, que a los pocos minutos ya generó otro "¡uy!". Fue el activo Hicham el que disparó desde el vértice del área. El balón hizo una parábola peligrosa, pero iba algo centrado y la sacó Luca a mano cambiada. Pero el Racing se está jugando la vida. Oltra movió el banquillo y los cántabros mejoraron, pero sin llegar a crear ocasiones de verdadero peligro a un Munir al que apenas se vio. La Rosaleda era una auténtica fiesta, ola incluida y recuerdos varios a los Al-Thani, apartados hasta nueva orden.
Por fin se vivió una tarde-noche así en Martiricos, una comunión total y un equipo que brindó un solvente triunfo a los suyos, el tercero consecutivo, en una semana que a su vez ha podido ser clave para el devenir de la entidad por la administración judicial y el hecho de que los Al-Thani hayan sido apartados. Una liberación total la del Málaga refrendada sobre el verde este domingo ante el Racing.