Iturra encuentra culpables en su salida: "Quería retirarme en el Málaga"

Manuel Iturra pasa en Chile el confinamiento. Lo hace junto a su madre y sus hermanos tras apurar su último contrato futbolístico hasta la fecha en el Club de Deporte Iquique. Sus hijas están en Málaga, ciudad de la que Iturra guarda un profundo sentimiento y que le ha aflorado recuerdos agridulces días atrás con el anuario de Dortmund. Militó durante dos etapas en Martiricos y en ninguno de los casos sus finales fueron felices, más bien lo contrario. El 'Colocho' ha recordado ambas salidas, y especialmente destacable por novedosa ha sido su versión de la segunda, de la que ha encontrado culpables: Muñiz y Caminero. En un ejercicio de sinceridad con los compañeros de Sport Direct Radio, el chileno ha confesado que quería retirarse en el Málaga CF.

“Mi segunda salida la llevé muy mal. No me lo esperaba. Quería retirarme en el club y esto me pilló por sorpresa, también a mi representante”, explicó Iturra, al que le sorprendieron las formas, “el último día”. “Hubo algo personal, no sé si del director deportivo o del entrenador, o de los dos. Fue una decisión unilateral en contra de mi voluntad. Mi finiquitaron y dejaron tres fichas libres”, siguió el centrocampista, que reconoce que “le he dado muchas vueltas y no entendí la decisión que se tomó”. Iturra quedó 'desamparado', pero luego el fútbol le lanzó un nuevo guiño, el Villarreal: “Lo acabé pagando yo entre comillas porque me fui al Villarreal. Ese fin de semana lo pasé fatal. Pensaba que era la forma de retirarme porque tenía 34 años. Seis meses sin jugar eran la muerte. Ahí los magos de mi representante me colaron ahí producto de una carambola y de una cosa negativa salió una positiva”.

“Hubo algo personal, no sé si del director deportivo o del entrenador, o de los dos. Fue una decisión unilateral en contra de mi voluntad. Mi finiquitaron y dejaron tres fichas libres”

“Me quedo con el Málaga de todos mis clubes en España”, confesó Iturra en una entrevista más que interesante y que sintetizamos por temas a continuación:

Cronología de su segunda etapa y salida. “Llegué a mitad de temporada con un contrato que si nos quedábamos en Primera o descendíamos en ningún momento daba esa circunstancia. Mi intención era quedarme 100%. Cuando llega Muñiz ya empezamos con el pie izquierdo porque se estaba despidiendo el encargado de prensa y quería hacerlo de una forma especial. Al otro día tengo una reunión con Muñiz y me explicó por qué nos metió presión en unas declaraciones. Mi relación con él no fue de las mejores. Yo le comentaba a mi representante que llamara a Caminero porque no me olía bien eso. Uno va viendo como vienen las cosas. Obligo a mi representante a que mantenga una comunicación más fluida con mi situación. Yo intuía que las cosas no podían ir bien. Me dijo que habló con Caminero y que el club contaba conmigo, que quizá no tenía el protagonismo que años anteriores. Llegó N'Diaye. El último día me llamó mi representante para contarme que me iban a finiquitar. Mis impresiones no estaban erradas. Era de los jugadores más baratos de la plantilla. Por motivo económico, imposible. A lo mejor pensó que no iba a hacer un aporte. Me sentía bien físicamente, estaba preparado. No iba a ser un problema si iba a tener un rol secundario, conocía la categoría. No iba a cobrar como un jugador de Primera, porque estaba acorde a la categoría”.

Primera salida al Granada. “Fue bastante compleja. Era difícil explicar la situación. Ha pasado bastante agua bajo el puente. En ese tiempo no era un jugador tan capaz de decidir dónde poder jugar. Ahora es más común que los jugadores pertenezcan a fondos de inversión. Yo era grande y la decisión era mía, pero siempre en consenso con este fondo. Yo pertenecía y había apostado por mí una importante cantidad de dinero. El Málaga no entendía que tenía que recomprarme. Mi intención fue quedarme, pero yo pertenecía a este fondo y ahí había intereses y yo los tenía que respetar”.

Eliminación Dortmund. “Esa época es muy difícil de olvidarla. Si escuchas las entrevistas de los grandes jugadores que estuvieron en el club estando en equipos grandes. Ninguno se olvida de ese año ni de ese partido. El equipo siempre estuvo tranquilo frente a cualquier rival, siempre lo veías de la misma manera. Sabiendo que jugando bien podíamos ganar a cualquiera. No pude jugarlo porque estaba apercibido. Viajamos toda la plantilla y en ese partido el Borussia Dortmund nos puso entre medio de los hinchas rivales y los vimos todos sentados: Weligton, Pedro Morales... Cuando nos hacen el gol en fuera de juego, los aficionados nos gritaron el gol en la cara.

“Viajamos toda la plantilla y el Borussia nos puso entre medio de los hinchas rivales y los vimos todos sentados: Weligton, Pedro Morales... Cuando nos hacen el gol en fuera de juego, los aficionados nos gritaron el gol en la cara”

“Fue una experiencia negativa. Nos veíamos en semifinales en un equipo que debutaba en Champions. Se merecía estar entre los más grandes. Tuvimos que dar la vuelta al estadio y ni te digo lo largo que se hizo eso. Las caras medían cinco metros. Martín que entendía el alemán tenía claro que los goles eran en fuera de juego. Había un televisor yendo a vestuarios y se veía claro. Entre el túnel y vestuarios se arma un forcejo por nuestra frustración con el árbitro y otros jugadores que venían celebrando mucho. El vestuario roto, nunca entré a un vestuario así. De los peores situaciones que me tocó vivir. El derecho de pasar lo habíamos logrado, pero no se pudo por esto que tuvo el fútbol”.

“Mi etapa en aquel equipo era fácil, Sólo la tenía que quitar y entregarla a Joaquín, Isco, Portillo... tenían mucha calidad”.

Aquel vestuario. “Había jugadores de una talla internacional, que habían jugado en grandes equipos. Era muy tímido dentro del vestuario. Yo iba, entrenaba y escuchaba. Joaquín, Isco, Willy, Buenanotte... Nos reíamos bastante. Willy hacía bromas de doble sentido. Martín Demichelis no me dejaba jugar tranquilo, me tenía como un relorcito. Le decía, '¿por qué no me dejas jugar tranquilo?'. También con Camacho. Esa etapa fue fácil, la tenía que quitar y entregarla a Joaquín, Isco, Portillo... tenían mucha calidad”.