No me chilles que no te veo

Se le escapó al Málaga otro partido más sin ganar. Esta vez incluso sin marcar ante un equipo como el Lugo, que está donde está por deméritos propios. Partido malo, horrible el que disputaron ambos equipos a los que por momentos les pareció valer un punto más soso que un pescado hervido. Quién lo diría mirando una clasificación que sigue atenazando al Málaga, a los que los de delante se le escapan mientras algunos de los de atrás le achucha Cuesta digerir que los de Pellicer, otra vez plano en sus soluciones desde el banquillo, no hayan podido mojar la oreja ni del Extremadura ni del Lugo. Este martes, su equipo estuvo serio, ordenado. Pero sólo con orden no se logran los objetivos. Esto es lo que hay, aunque cada vez hay menos tiempo para arreglarlo.

Lo primero de todo hay que aplaudir a la mente pensante que decidió cambiar de hora el partido para que acabara disputándose con más de 30 grados. Bravo, de verdad. Que para aliviar a unos, otros tengan que jugar con peores condiciones es para que alguien se lo haga mirar. Con los sofocos del clima y los que produce la realidad de cada equipo, a la primera parte no se le pudo rascar nada. Pero nada de nada, no es una exageración. Lo único, para colmo, fue negativo. Hicham se lesionó y creó un problema más para un Pellicer que movió su árbol, le plantó una línea de tres atrás y recuperó al canterano Juande para el once entre otras novedades. A Adrián esta vez le tocó banquillo.

Juankar, de lo poco que animó la primera mitad

Cuando el miedo es el denominador común, te encuentras partidos así. Mucho pase en horizontal, poco riesgo y llegadas contadas con los dedos de las manos. Lo más peligroso para el Málaga llegó al borde del descanso con un par de buenos centros por bajo de Juankar a los que Josete respondió antes de que Sadiku embocara. Como carrilero, las apariciones del '7' son más punzantes. Del resto, algún atisbo de arrancada de Cifu y todo el foco en la defensa. Y eso que el Lugo ni se asomó por las barbas de Munir, cuyo peor enemigo fue el sol que le daba de lleno en la cara. Lo mejor para ambos equipos, los parones para la hidratación y la llegada del descanso. Y casi que para el aficionado, para qué engañarnos.

Entró Adrián en el intermedio por un Boulahroud que estuvo más pendiente de no fallar que de acertar. Lo primero que hizo el capitán fue filtrar un buen pase a Sadiku que precedió a un remate desde la frontal de Renato. Si alguien salió con una marcha más, ese fue el Málaga, aunque la primera opción clara de verdad la tuvo el Lugo con un remate forzado de El Hacen tras fallo de Lombán que se perdió no demasiado lejos del poste de Munir. Fueron espejismos de fútbol de un partido de nula brillantez en el que los minutos se esfumaron sin picante alguno. Le puso un poco Sadiku antes del 70' con un derechazo que desvió con riesgo Ander y un cabezazo sin dirección desde el borde del área pequeña.

Un final de partido sin ninguna chicha

El partido quedó para la raza o algún detalle individual, pero lo que quedó en el tramo final fueron dos equipos jugando a no dañarse a sí mismos. Al Málaga se le echó en falta algo de riesgo desde el banquillo, igual algún chaval podría haber animado un cotarro que estaba muerto casi desde antes que arrancar. Entró Ivan Jaime, pero qué se le puede pedir con cuatro minutos más el descuento por jugarse. Las soluciones desde el banquillo fueron las de siempre y el equipo terminó con tres centrales pese a que el Lugo casi ni asustó. Otra jornada, y ya van cuatro sin ganar.