Seis meses del último rugido de La Rosaleda
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Tebas pone fecha a la vuelta del público
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De poder a perder: el resumen de aquel partido
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Víctor Fernández, rendido al Málaga
Por desgracia nos hemos tenido que acostumbrar a una vida que no conocíamos. La nueva normalidad, insisten en llamarla. Mentira. De normalidad no tiene nada. Mascarillas, gel hidroalcohólico, distancia de seguridad, PCR, pruebas serológicas, saludos con el codo... Maldito coronavirus. El fútbol no ha sido ajeno a una pandemia que sigue dejando familias destrozadas de punta a punta del planeta, y en España, a diferencia de otros países o modalidades deportivas -la Copa de la Reina de Alhaurín se ha disputado con una parte proporcional de público- el cemento seguirá prevaleciendo por encima de las gargantas. El fútbol profesional, de momento, continuará disputándose a puerta cerrada.
Y este martes se cumplen seis meses de la última vez que el Málaga CF jugó con público en las gradas. Fue en La Rosaleda, en una tarde preciosa de fútbol aunque el marcador no correspondiera. El impulso de Pellicer había recuperado la comunión total entre equipo y afición y ese 8 de marzo se notó. Hasta Víctor Fernández, técnico maño, alucinó con el ambiente y el empuje del cuadro blanquiazul. La Rosaleda tal y como apetece verla, como soñamos que pueda volver a estar más pronto que tarde. Lástima aquel gol de Luis Suárez que precipitó una derrota, posiblemente, injusta. Pellicer, de puertas para adentro y también de forma pública, repitió en alguna ocasión que de haber ganado ese encuentro el equipo hubiera podido mirar hacia arriba y cambiar el objetivo.
Lo que vino después fue una pesadilla. La pandemia se adueñó del planeta y todo se frenó. El fútbol vivió un parón durante meses y, a su vuelta, la pelota rodó y sigue rodando sin el alma de este deporte presente. Javier Tebas, presidente de LaLiga, declaró este lunes que "la vuelta de los aficionados a los estadios se producirá a partir de la vacuna y eso puede ser en enero o febrero" del próximo año. Visto lo visto, que haya una fecha en el horizonte ya alumbra esperanza a lo amantes del fútbol. El malaguismo cuenta las horas para volver a llenar La Rosaleda.