La segunda unidad pincha en hueso

El cargado calendario motivó a Sergio Pellicer a modificar más de la mitad de su once ante el Mirandés. Seis jugadores entraron con respecto al Sporting -Juan Soriano, Matos, Lombán, Cristian, Jozabez y Jairo- y el plan de partido no fructificó de forma positiva. Vaya por delante que es lógico que ante tantos cambios los equipos puedan resentirse, los automatismos no son los mismos y algunos de los citados futbolistas llegaron a Málaga sin pretemporada o, en el caso de Lombán, cayeron lesionados durante la misma. Lo cierto es que después del 1-0 el Mirandés fue superior, el Málaga no fue el Málaga de otros partidos y Pellicer, en vista de la situación, recogió cable y en apenas cinco minutos en la segunda parte metió a cuatro jugadores con etiqueta de titular. Un síntoma de que lo que buscó con la segunda unidad no terminó de funcionar y de que, al mismo tiempo, el fuelle físico de algunas piezas no está para 90 minutos.

Antes de adentrarnos en un análisis, varios datos interesantes. Como por ejemplo que la alineación estuvo formada por 11 jugadores con ficha profesional, algo que no se veía desde abril de 2018, concretamente desde un partido de infausto recuerdo: el que consumó el descenso a LaLiga SmartBank en el campo del Levante. De los 11, siete fueron andaluces y todos ellos hispanoparlantes. Debutó Lombán como titular (a su espalda se coló Jirka para el 1-1), también Jozabed y Escassi pasó a jugar en un centro del campo en el que, aunque Pellicer lo viera "muy bien", no termina de estar tan suelto como de jefe de la defensa. Lejos de individualizar, el fútbol no fluyó y fue el Mirandés el que dominó, haciendo suyo el control y también el peligro en las transiciones.

Y eso que el asunto empezó bien, con una presión adelantada y efectiva que congestionó el fútbol del Mirandés. Llegó el gol, de nuevo al galope, y a partir de ahí el Málaga se diluyó como un azucarillo. Ni Cristian ni Jozabed -pese al gol- consiguieron amarrar el control, si bien al ex del Celta se le denota falta de ritmo competitivo. De ahí que hasta este domingo no hubiera sido titular. Cuando la tiene hay aroma a que pueden pasar cosas, todo sea dicho. Un caso parecido al de Jairo, que no paró de intentarlo aunque sin demasiado éxito. Para la galería, dos controles señoriales de balones que bajaron con nubes. Las dos 'J' deben ir a más, en cuanto al esfuerzo no se les puede recriminar nada. Los cambios hicieron que Caye Quintana jugara solo y el de Isla Cristina echó de menos a Chavarría, con el que ha congeniado a las mil maravillas.

Tras el descanso, dominio claro del Mirandés

El gran cambio llegó tras el descanso, algo que se ha repetido en ocasiones a lo largo de la temporada. El panorama giró a peor y hasta Pellicer lo reconoció en sala de prensa: "En esos primeros 15 o 20 minutos de la segunda parte nos han superado mediante pases interiores. A nosotros nos ha faltado claridad y continuidad". Fue meridianamente claro que el Mirandés se mereció el empate e incluso la victoria, tuvo ocasiones para ello. Pellicer dio marcha atrás con la segunda unidad y metió a cuatro titulares, buscando devolver al equipo a la senda convincente de fechas anteriores. Ya fue tarde, entre otras cosas porque el Mirandés andaba crecido y demostró tener argumentos para ser un equipo muy competitivo. Al menos, se salvó un punto que sirvió para escalar a la cuarta plaza de LaLiga SmartBank.