Un campeón de la Premier casi inédito en el Rayo
-
El gol boquerón del Rayo amenaza al Málaga
-
Iraola sube la apuesta de Pellicer en la portería
-
PREVIA. "Lo justo para llegar a fin de mes"
Ha pasado más de una década desde que Leo Ulloa se cruzó por primera vez en el camino del Málaga CF. Vestía entonces la camiseta del Almería. Este domingo regresa a La Rosaleda ya en el ocaso de su carrera con el Rayo Vallecano. Han sido años muy provechosos en la trayectoria del ‘Ciclón’ que, entre otras cosas, fue pieza activa del Leicester de Rainieri que ganó la Premier League en 2016 con el segundo presupuesto más bajo de la competición. Ahora llega en horas bajas con el equipo de Andoni Iraola, con el que ha jugado sólo 23 minutos en los últimos cuatro meses por culpa de molestias físicas que le han privado de regularidad. A día de hoy es el último de la rotación ofensiva del equipo rayista.
A sus 34 años, Ulloa sólo ha jugado ocho partidos de liga este curso (uno como titular) y aún no ha podido ver puerta. Tuvo opciones para salir en el mercado invierno, pero prefirió quedarse para tratar de lograr el ascenso con el Rayo. Ahora parece que vuelve a recuperar algo de físico, reapareció unos minutos en Tenerife y estuvo en el banquillo en Cartagena. Este domingo no entra en las quinielas. Guerrero, Qasmi o Antoñín están por delante del espigado ariete argentino de ascendencia chilena.
Pero a Ulloa hay que mostrarle los máximos respetos porque se trata de un gran delantero que causó tremendo impacto desde que en 2008 llegó a España vía Castellón procedente de San Lorenzo. De ahí al Almería, con el que fue Pichichi de Segunda. Y del Almería a Inglaterra, al Brighton como paso previo a fichar por el entonces recién ascendido Leicester. Fue un revulsivo en aquella Premier Ulloa, suplente de Vardy y Mahrez, pero que participó en 29 encuentros, la mayoría de ellos saliendo desde el banquillo. Seis goles y tres asistencias fueron sus números en aquel equipo en el que también estaba Okazaki. Sin duda sus mejores años de fútbol hasta que los desencuentros con Rainieri afearon su salida de los foxes.
Después regresó al Brighton, se marchó al Pachuca, y volvió a España para jugar en el Rayo. El curso pasado visitó La Rosaleda y fue titular, pero la vida le cambió en febrero de 2020 cuando se rompió el ligamento cruzado anterior y el interno de su rodilla izquierda. Ocho meses sin competir y un regreso al ruedo sin continuidad lo tienen casi inédito esta temporada.