Puro oxígeno

Tres puntos que valen más que el oro fueron lo que sumó el Málaga CF en la visita de todo un 'coco' de LaLiga SmartBank a La Rosaleda en el encuentro que cerraba el fatídico año 2022 y la primera vuelta de los blanquiazules en este curso. Una victoria que se dio gracias a un gol de Pablo Chavarría, que volvía a celebrar un gol en casa tras su lesión y a la forma de aguantar de un equipo, el de Pepe Mel, que supo darle a su afición un hierro candente al que aferrarse antes de las vacaciones de Navidad.

Ganando en confianza

Comenzó con fuerza el Alavés, con la clarísima intención de buscar el primero y tener la ventaja en el luminoso. Rubén Yáñez tuvo que afanarse para repeler algún que otro disparo que llegó con peligro a su portería. Sin embargo, aguantaba la presión el Málaga, atajando las llegadas del Alavés a su área, y tratando de rearmarse en fase ofensiva.

En el minuto 17 se vio la primera intervención del portero rival, todo un paradón de Sivera para evitar que el disparo de Rubén Castro se colara en su portería.

Aguantaba el Málaga, con problemas para acercarse a la portería de Sivera en algunos momentos, pero tratando de arrebatarle la posesión a un Alavés que pretendía, de cualquier manera, marcharse por delante en el descanso. Pero los de Mel ganaban terreno y se iban haciendo fuertes en campo contrario. Iban tan acelerados los babazorros que incluso Luis García Plaza acabó amonestado con una amarilla por protestar ostensiblemente una de las decisiones de Trujillo Suárez.

El grueso de llegadas las firmó el conjunto malaguista, que no tuvo la fortuna de llevarse la ventaja en el marcador para el intermedio.

Plantarle cara a un 'coco'

Apenas unos minutos, hasta el 51' concretamente, tuvo que esperar La Rosaleda para celebrar el gol que ponía a los suyos por delante en el marcador. Un tremendo cabezazo de Pablo Chavarría, que volvía a marcar en casa tras su grave lesión de rodilla, ponía el 1-0 en el videomarcador que ayudaba a aumentar la esperanza de poder sumar tres puntos.

En los siguientes minutos, el Alavés trató de reponerse del varapalo. Y mientras el Málaga comenzaba a necesitar al menos un cambio para dar oxígeno al equipo, Luis García introducía tres variaciones.

Apretaba el cuadro babazorro y decidió Mel dar entrada a Issa Fomba para buscar que los suyos se acercaran al segundo gol y consiguieran rematar la faena, una tarea más que pendiente para este equipo.

Sin bajar los brazos y con La Rosaleda volcada, al cuadro malaguista le tocaba apretar los dientes. Rubén Yáñez estuvo muy inspirado e incluso pudo oír cómo la grada coreaba su nombre. También quiso la afición del Málaga agradecer el esfuerzo a un Pablo Chavarría que parece estar recuperando por fin su confianza.

Los minutos finales fueron de valentía por parte del equipo blanquiazul. Pero acabaron empañados por la tangana que se formó entre algunos jugadores babazorros y el banquillo malaguista que acabó con la expulsión directa de Pepe Mel, que fue quien se plantó ante Abqar tras el golpe a uno de los suyos. El técnico tuvo que vivir los interminables minutos de descuento desde el vestuario.

Por fin, el árbitro pitó el final y lo que estaba siendo una fiesta navideña para la afición del Málaga se convirtió en un auténtico jolgorio... hasta que Abqar siguió buscando una bronca completamente innecesaria y que le costó insultos de la grada a su equipo.