Un punto que sabe a muy poco

El Málaga CF se llevó solo un punto de la visita del Tenerife a La Rosaleda. Visto lo visto sobre el césped, los de Pepe Mel -Nacho Pérez en la tarde de este 7 de enero- merecieron muchísimo más y, sin embargo, tuvieron que sufrir para sumar, pues fueron los rivales quienes se pusieron por delante en el marcador. El gol de Shashoua parecía dinamitar las esperanzas de acumular algo en este choque, pero una genialidad de Rubén Castro y una visita a la pantalla del VAR acabaron poniendo el 1-1 en el luminoso.

En busca de un gol que no llegó

El ambiente en La Rosaleda era de partido grande. Sin llegar al lleno, sí que se notó la presencia de muchos niños en las gradas, sabedores los aficionados que el apoyo en este encuentro era crucial para el equipo malacitano, para comenzar la segunda vuelta de LaLiga SmartBank con buen pie. De hecho, con 21.256 espectadores, el Málaga-Tenerife tuvo la segunda mejor entrada de la temporada 22/23, sólo superada por el choque ante la UD Las Palmas (21.807 personas).

No se había alcanzado ni el minuto 13 y Genaro ya había visto la primera amarilla tras una entrada sobre Enric Gallego. Esta cartulina podía condicionar un poco el ritmo del sevillano durante el resto del partido, si bien el mediocentro ya era baja asegurada para la siguiente jornada pues tiene que cumplir sanción.

En la siguiente jugada, Soriano detuvo con muchos reflejos un disparo mordido de Rubén Castro que se convirtió en el primer aviso del Málaga. Y antes de cumplirse el primer cuarto de hora, Escassi, que era otro de los cuatro apercibidos blanquiazules, también fue amonestado, por lo que tampoco podrá estar ante el Eibar.

Más allá de las tarjetas, el Málaga estaba dando avisos en la portería de Juan Soriano. Atacaba sin cesar el equipo comandado en esta ocasión por Nacho Pérez, pero no llegaba a poner en apuros a Soriano que, eso sí, las pasó canutas con el público de La Rosaleda. La más clara llegó en el 37, tras un centro de Villalba desde la derecha que remató a portería Rubén Castro y sacó bajo palos Sipcic, dejando al delantero con la miel en los labios.

Llegó el descanso y el marcador no se movió a pesar de las muchas intentonas de los blanquiazules, que parecían tener cogida la medida al cuadro chicharrero.

Remar contracorriente... otra vez

El primer susto de la tarde no lo dio precisamente el Tenerife, sino Febas, que tras recibir un golpe estuvo tendido unos segundos sobre el césped y tuvo que ser atendido por los médicos antes de poder regresar al terreno de juego. El segundo, lo dio Romero con un disparo cruzado que se marchó desviado a la derecha de la portería defendida por Yáñez.

En el 67' llegó el primer debut oficial de un malaguista en el 2023, cuando saltó al verde Julián Delmás, con quien Nacho pretendía dar frescura a la banda derecha.

Estaba convenciendo en muchos aspectos el equipo blanquiazul. Bastante contundente en ataque y armando buenas jugadas de ataque, el problema venía, como casi siempre, a la hora de definir. Una muy clara tuvo Villalba, que recortó varias veces para meterse en el área y trató de sorprender a Soriano con un disparo que se fue demasiado alto.

Pero, señoras y señores, esto es el Málaga. Y está abonado al sufrimiento. Así que, a pesar de coleccionar ocasiones de todos los colores y recibir apenas dos llegadas del Tenerife, fue el cuadro canario el que se puso por delante en el marcador mediante un tanto de Shashoua a pase de Iván Romero.

A raíz del gol, la desconexión malaguista fue total. Los decibelios disminuyeron en las gradas; los balones más allá del centro del campo, también. Hasta que, a falta de 5 minutos para el 90', el respetable cantó el ya clásico 'Manolo, vete ya'. Y a los pocos segundos, llegó la locura absoluta, la montaña rusa blanquiazul: golazo de Rubén Castro de manual -asistido por Fran Sol-, anulado enseguida por González Esteban quien, tras varios minutos de desconcierto, acabó acudiendo a la pantalla del VAR para acabar por conceder la diana y, por tanto, el empate a uno en el marcador.

Siete minutos de descuento. Siete minutos para buscar la épica. Siete minutos que se hicieron hasta cortos. Al menos para el Málaga, porque al Tenerife le vinieron largos. Cuestión de perspectivas. No llegó el gol, aunque lo intentó Fran Sol con una media chilena que marchó demasiado arriba. El punto quita el regusto amargo que estaba dejando este partido.