Real Sporting 
Málaga La misma historia de siempre
Nada más que un punto se trae el Málaga CF de su visita al Sporting de Gijón en El Molinón. El reestreno de Sergio Pellicer al frente del banquillo se salda con un 0-0 en el marcador que no es suficiente para levantar cabeza. A pesar de que dieron una buena imagen y que consiguieron frenar al conjunto rojiblanco, este empate no sirve de mucho.
Eso sí, dejó pinceladas de mejoría en cuanto a juego y creación de peligro, especialmente en la segunda mitad. Pero falta esa victoria que le cambie la cara al equipo. Se repite la misma historia de siempre, la de no poner el broche al trabajo. No se pierde en un campo a priori complicado, aunque siguen faltando muchos puntos para lograr la permanencia y de uno en uno va a ser más difícil llegar.
Bien plantado, sin peligro
El partido comenzó con intensidad, esperado por cómo llegaban los dos equipos a esta fecha. Ya en el minuto 4 se vio un paradón de Rubén Yáñez a un disparo lejano de Pedro Díaz tras una pérdida grosera de balón de Ramalho. Hubo que esperar al primer cuarto de hora de encuentro para ver el primer envío a puerta del Málaga, obra de Lago Junior, que acabó estrellado contra un rival.
En el 20', el meta malaguista volvió a volar para sacar una pelota y segundos después, Pedro Díaz intentaba de nuevo ponerle a prueba, pero en esta ocasión el balón, que iba muy envenenado tras un bote, acabó contra la madera.
Comenzó a apretar el Sporting, buscando adelantarse en el marcador antes de llegar al 45'. Y a punto estuvo de conseguirlo en una salida a la contra tras una falta a favor del Málaga. La jugada la finalizó Aitor enviando el balón al fondo de la portería, pero Campuzano, que le daba el pase previo, estaba en fuera de juego. Se salvó el cuadro de Pellicer de ponerse por debajo en el marcador.
Antes de llegar a la media hora, Ramalho pudo deshacer la igualdad en dos ocasiones consecutivas. La segunda, la más peligrosa, no consiguió empalarla bien y la mandó Cuéllar a córner.
Al Málaga se le complicaba, como es habitual, crear peligro sobre la portería rojiblanca. Cuando todo parece a favor para mandar la pelota al fondo de la red, llega el cortocircuito y no se dan buenos remates en el interior del área. Por ejemplo, Fran Sol no pudo cazar un centro complicado de Luis Muñoz tras un rechace. Estaba en fuera de juego de cualquier modo el delantero malaguista, por lo que no habría valido.
De menos a más
Primeros minutos más complicados para un Málaga que se estaba viendo sometido por el Sporting. Con la medular completamente disipada, no pasaba del centro del campo cuando tenía el balón y estaba remando a contracorriente tratando de evitar una embestida rojiblanca.
Empezó a estar algo mejor el equipo malaguista desde la entrada de Febas y Rubén Castro al campo. De hecho, el delantero canario tuvo la más clara del partido, de volea, que se estrelló contra el portero sportinguista. El centro se lo puso Bustinza.
Cambió por completo la cara del Málaga, que tenía a Lago Junior colgando balones al área, y a un Rubén Castro y un Cristian que buscaban la pelota continuamente para tratar de batir a Cuéllar. El tiempo se agotaba y aunque estaba dejando buen sabor, al Málaga le hace falta mucho más que eso para poder salvar la categoría. De nuevo, un punto insuficiente.
Como es lógico hay que dejar que transcurra un tiempo prudencial para comprobar el resultado de Pellicer en esta nueva etapa en el Málaga pues tan sólo ha podido entrenar con el equipo 3 o 4 días, dicho esto, para mí es un deja vu de la prensa deportiva malagueña, así como de un nutrido grupo de aficionados a cuando se sustituyó Guede por Mel en relación a como jugó el equipo con la incorporación de un nuevo entrenador. Para mí hoy el equipo se ha comportado como ha venido haciéndolo en los últimos partidos, y a conseguido el mismo resultado que en los últimos partidos porque se han perdido partidos por errores garrafales y grotescos de los defensores, pero errores puntuales. Hoy el equipo ha tenido la fortuna que en otro error garrafal al despejar un defensa hacia atrás, el portero desvió el balón. Y de cara al gol, nulo como ha venido siendo hasta ahora. Rubén Castro lo ha sacado en el segundo tiempo para estar fresco 45 minutos, pero si no recuerdo mal sólo ha rematado una sola vez y estaba fuera de juego. Le deseo toda la suerte a Pellicer porque si consigue que esta plantilla mejore todo lo necesario que necesita mejorar para salir del pozo de la clasificación y posteriormente asentarse en la zona tranquila, se habrá ganado su sueldo más el de la psicóloga que no ha conseguido cambiar la actitud de estos futbolistas.
Jmg, tú ves otro fútbol, yo solo veo pelotazos de Esteban Burgos desde la defensa y algún que otro robo de balón haciendo presión, pero llevar la pelota desde la defensa a la delantera en estático nunca. Pero si a ti te parece que el Málaga tiene que jugar al pelotazo como dices porque no sabe aguantar la pelota pues yo haría algo, no sé tú. A mí me parece una verguenza que no sepan aguantar la pelota y que encima a los defensas les coja por sorpresa, que tiene mandanga.
No te entiendo var de borrachos, sí de lo que pecamos en demasía es de querer sacar el balón jugado desde atrás, de tal modo que cuando estamos abajo, y el otro equipo en bloque alto presionadonos perdemos la pelota con mucha facilidad por querer aguantar mucho y dar el pasecito al compañero, en lugar de reventarla para alejar el peligro. Eso provoca perdidas muy peligrosas cerca del área que nos ha costado más de un gol y de dos durante la temporada. No sé como puedes decir eso.
El Málaga ha empatado de milagro porque mereció perder ya que apenas creó peligro y siempre inició las jugadas desde atrás al patadón. Ndiaye que ha perdido 100 balones hoy, se ve que pasa olímpicamente de ponerse en forma y bajar las toneladas de showarma que se comió en Arabia Saudita. Y no se entiende que el único jugador de la plantilla que puede y sabe jugar de enlace entre la defensa y el centro del campo y máximo regateador de segunda está temporada chupe banquillo hasta el minuto 70 de partido. El Málaga juega al patadón porque ni Jozabed ni Gallar bajan nunca a ofrecerse a recibir el balón cerca de los defensas porque tienen una forma física pésima y Ndiaye que nunca sube no sabe dar un pase que llegue a un compañero. Y Luis Muñoz apenas baja también. En resumen el juego del Málaga empieza siempre de un patadón largo de Esteban Burgos.
Más de lo mismo, no hay gol y así es complicado salir del pozo. Demos un margen de confianza pero corto, si no empezamos a ganar malo.