El juego limpio evita el hara-kiri japonés
La selección japonesa se clasifica a octavos de final a pesar de su derrota contra Polonia (0-1), con una circunstancia historica: haber visto menos tarjetas amarillas que Senegal en el torneo.
Perdió Japón contra Polonia, por un remate de cabeza de Jan Bednarek, y los "Samurais azules" aguardaron unos angustiosos minutos el resultado de Samara, donde Colombia le iba ganando a Senegal también por 1-0. Al confirmarse, respiró Akira Nishino.
Porque, pese a la necesidad de lograr un punto para asegurar los octavos de final, el técnico nipón dejó en el banquillo a Inui y Hasebe, por el riesgo de que una amarilla los impidiese jugar fuera de la siguiente ronda, y refrescó su equipo con otros cuatro cambios.
El técnico polaco Adam Nawalka, cuyo único objetivo era no irse de vacío de Rusia, también dio entrada a medio equipo nuevo, incluido el meta Lukasz Fabianski y el defensa Kamil Glik, que pudo así debutar en el Mundial, tras sufrir una lesión en el hombro a principios de mes que parecía apartarle del torneo.
El intenso calor (36 grados) y los numerosos cambios influyeron en una primera parte con muchas imprecisiones, en la que fue Polonia quien más cerca estuvo del gol, con un remate de cabeza de Kamil Grosicki que despejó con muchos apuros Eiji Kawashima, que envió el balón contra el poste, sin que llegase a entrar por completo, como demostró la Tecnología de Línea de Gol.
Con algo más de intensidad al comienzo del segundo tiempo, Japón trató de asegurar su plaza en la segunda ronda y, sin embargo, fue la selección polaca la que se adelantó por un despiste defensivo nipón. Una falta desde fuera del área lanzada por Rafal Kurzawa que empalmó dentro del área, sin oposición, el defensa Jan Bednarek (m.60).
De pronto, Japón, que llegaba a la tercera jornada convencido de estar prácticamente clasificado se encontró casi eliminado. Y a la desesperada, Nishino dio entrada primero a Inui y luego a Hasebe, pero no cambió mucho el panorama.
Si acaso para ofrecer a Polonia espacios para correr el contraataque y, con ello, demostrar que éste no es el torneo de Lewandowski. Solo desde el centro del área, el delantero del Bayern envió a las nubes un buen balón puesto desde el lateral por Grosicki, en la mejor ocasión del segundo tiempo.
Expuesto a que otro gol le dejase fuera, Japón vivió con angustia hasta el pitido final, mientras Polonia aseguraba una victoria que maquilla en algo su pésimo torneo y Lewandowski abandonaba el campo otra vez contrariado. Sin estrenarse en un Mundial.