Xabi Prieto: "Imanol exige lo mismo a Odegaard, 'Oyar' o a un recién ascendido"
El pasado sábado 11 de abril se cumplían dos años de la famosa frase de Xabi Prieto: "desde pequeño mi sueño no era ser futbolista, mi sueño era jugar en la Real Sociedad". El que fuera gran capitán txuri urdi, el '10' , quien jugara 530 partidos con la elástica blanquiazul, compartió una entretenida conversación con el periodista Felipe de Luis en su podcast '¿Hablamos de Fútbol?' antes de la suspensión de LaLiga Santander por el coronavirus. El donostiarra hizo un repaso a su trayectoria: comienzos, primeros años en la Real, entrenadores, Imanol Alguacil, futuro... y esta es la primer aparte de esa charla:
-¿Cómo llevas lo de no estar jugando cada día?
"Lo llevo muy bien, estoy encantado con esta nueva etapa. Creo que el hecho de ser uno mismo quien toma la decisión ayuda, porque cuando uno toma una decisión es porque cree que es lo mejor para él y para su familia, y en mi caso no me costó tomarla. Tenía muy claro que quería poner fin a la etapa como jugador, iniciar otro tipo de vida, y por ello no me costó. No echo en falta ni el estar a diario entrenando, compitiendo, ni jugando en LaLiga".
-¿En el colegio ya eras el típico niño que quería tener el balón?
"La verdad es que no tengo muy buena memoria, pero sí que empecé a jugar en la ikastola y jugaba normalmente de delantero. A medida que fueron pasando los años ya fui siendo más centrocampista y me divertí muchísimo. Me encantaba el fútbol, jugar, y ver los partidos de mi hermano y más gente que conocía de San Sebastián. Los fines de semana eran así, viendo partido tras partido, con mi padre que me llevaba a todos los campos que quisiera. Desde pequeñito se me daban bien todos los deportes y el fútbol que era el que más me gustaba".
-¿Solías jugar en la playa de La Concha?
"El primer año que empecé a jugar con nueve o diez años empecé en la playa, y es una experiencia preciosa. Se juega una vez cada dos semanas por las mareas, porque normalmente se juega el sábado por la mañana. Tú tienes que marcar el campo, llevar las porterías, desmontarlas, poner la red... y da igual que llueva, granice o haya charcos en la arena. Es algo muy bonito. Cuando eres pequeño parece lo habitual porque sabes que es así, pero cuándo te vas haciendo mayor y ves a los chavales jugando en la playa vienen recuerdos, y son magníficos".
-¿Cómo entraste en la Real? ¿Cuándo fue?
"Yo llego a la Real muy tarde, llegué en juveniles con unos 16 años. Recuerdo muy bien que mi primer partido fue contra el Lengokoak, un partido amistoso en Zubieta, en las instalaciones deportivas, y jugué los primeros 45 minutos. Estuve muy a gusto, muy cómodo y nervioso a la vez, porque era la primera vez que me ponía la camiseta de la Real. Para un chico de San Sebastián ponerse la camiseta de la Real era un sueño y yo en ese momento lo estaba cumpliendo. Estaba súper feliz. Recuerdo que estaba Roberto Olabe, el que ahora es director de fútbol de la Real y máximo responsable, y estoy súper agradecido".
-¿Cuál era la posición en la que más te gustaba jugar?
"Siempre me ha gustado jugar en el medio, pero es verdad que el hecho de jugar en banda durante muchos años te da otras cosas. Cuando era joven tenía un buen uno contra uno, era 'rapidillo', y tenía 5 o 10 metros que eran bastante rápidos y me servían para sacar un centro o marcharme del lateral. Lo que al principio no era una posición muy cómoda para mí, el tiempo hizo que me encontrara muy a gusto, pero es cierto que yo siempre me he visto como un mediapunta o interior. Me he encontrado muy cómodo en las dos posiciones si tuviera que elegir una, me quedaba con la de mediapunta".
-¿Jugabas más con la cabeza, pensando lo que hacer, o con el talento del pie?
"Yo creo que es una combinación de todo. A mí siempre me ha encantado el fútbol. Además de jugar y entrenar era de los que me tragaba muchos partidos y trataba de analizar y entender lo que pasaba en el juego, quería anticiparme a lo que estaba ocurriendo, estudiar al rival y ver dónde podría buscarle las cosquillas o donde dejaban más huecos y espacios. A medida que pasan los años y uno va perdiendo seguramente condiciones físicas, va haciendo más uso de la razón y de la posición en el aspecto espacio-tiempo. Siempre hay que saber cuándo ocuparlo, cuando no, y a medida que han ido pasando los años yo creo que he ido disfrutando más".
"Con Roberto Olabe siempre he mantenido mucho contacto y siempre he pensado que era una de las personas que más entendía sobre fútbol. También me pasó con Juanma Lillo. Fue una experiencia magnífica, porque también te hacía entenderlo y te convencía de lo que quería. Poco a poco, tanto por las piernas como por la cabeza, tratar de hacerlo lo mejor posible y aprender para aportar al equipo".
-¿Qué recuerdas de Juanma Lillo?
"Nuestra etapa fue muy bonita. En la primera estuvimos a punto de ascender, y en la segunda, los resultados no acompañaron y quedamos en una quinta o sexta posición, pero el día a día era magnífico. El cómo te explicaba las cosas, esa capacidad de convencerte y trasladarte el mensaje... era un genio en ese sentido. Luego quizás no haya tenido la suerte o la oportunidad de demostrar todo lo que podía dar al fútbol. Ahora está en China y ha logrado un ascenso. Seguro que tiene tiempo para poder demostrar lo gran entrenador que es".
Xabi Prieto: "Para un chico de San Sebastián ponerse la camiseta de la Real era un sueño"
-¿Con qué entrenador te quedas de todos los que has tenido?
"Juanma fue uno de los que me marcó. Roberto Olabe también me parece un genio ya que es capaz de entrenar, de dirigir un club, y como director de fútbol lo está haciendo estupendamente. Con Eusebio también disfrute muchísimo. Me quedaría quizás con esos tres, aunque con Montanier también, porque fue capaz de llevarnos a la Champions sin hacer un juego quizás tan vistoso como con otros, pero era muy listo y sacó muchísimo rendimiento a todos los jugadores.
No es fácil elegir porque al final de todos los entrenadores sacas cosas positivas. Cada uno a su manera transmite su manera de entender el fútbol, pero siempre pensando en que su manera es la mejor para obtener resultados y todos tienen su razón, su riqueza. Por afinidad quizás digo que me quedaría con Lillo, Olabe, Montanier y Eusebio. Pero de todos se aprende un montón".
-¿Qué tal con Imanol Alguacil? Los que no le conocíamos tanto estamos 'flipando' un poco...
"Mi última temporada, mis últimos meses son con él de entrenador. Yo no estoy flipando con esta Real, no me sorprende ni el nivel que están dando los jugadores ni la capacidad de Imanol. Ha crecido mucho, porque cuando cogió el primer equipo era su primera experiencia en el fútbol profesional. Llevaba tiempo en el filial, y en el Sanse estaba haciéndolo muy bien y llevando al equipo a luchar por el playoff de ascenso a Segunda. Estaba haciendo muy buen fútbol. Lo que más valoro de él es la capacidad de exigencia que tiene.
Es súper exigente en el día a día y nadie se puede dormir. Le da igual que seas Odegaard, Oyarzabal o un chaval que acaba de subir del filial; a todos les exige dar el 100% en el entrenamiento, pero luego es muy cercano, muy cariñoso, y eso hace que saque chispas a toda la plantilla. Aparte que poco a poco supongo que habrá ido creciendo y cogiendo experiencia, observando, porque también le gusta mucho ver partidos y aprender, al igual que con Roberto Olabe. Seguramente le sirve de mucho que estén ahí Ansotegi, Labaka o Llopis, y gente muy cualificada y preparada que hace que sean un gran cuerpo técnico".