El perdón de Mikel Merino en El Sadar: gol, disculpa y ovación cerrada ante Osasuna

La Real Sociedad se impuso a CA Osasuna en el partido correspondiente a la jornada 13 de LaLiga Santander. Un partido muy especial para Mikel Merino, que volvía a El Sadar, la que fue su casa durante muchos años. No en vano, el mediocentro ayudó a ascender al equipo desde LaLiga SmartBank, antes de irse al Borussia Dortmund, al Newcastle y, posteriormente, aterrizar en el Reale Arena. Uno de los grandes fichajes, que se ha convertido en el catalizador del fútbol ofensivo de los de Imanol Alguacil. Y alguien a quien todavía se guarda mucho cariño en Pamplona.

Y es que el jugador fue ovacionado ya desde el momento en el que el speaker gritó su nombre por megafonía. Dio una masterclass de fútbol sobre el césped de El Sadar, y se llevó golpes de todos los colores y desde todos los bandos. Desde la lesión en la rodilla, por la que tuvo que abandonar el césped justo antes del descanso, a la aparatosa brecha en la ceja que le dejó sangrando tras un choque con Aihen Muñoz.

Pero nada podría parar a Mikel Merino en su regreso a casa. Y es que, en una gran acción combinativa de la Real Sociedad, Mikel Merino se perfiló para golpear con su pierna izquierda. El realista tuvo la buena fortuna de que David García desvió lo justo el balón para despistar a Sergio Herrera y entrase.

Mikel Merino, ovacionado por el público de El Sadar:

Eso sí, en ese momento tenía muy claro lo que tenía que hacer: se plantó en el sitio donde marcó, agachó la cabeza y levantó las manos, en señal de disculpa. Sus compañeros le abrazaron y felicitaron, pero Mikel Merino no quería celebrar el gol. Así lo admitió, después, en la entrevista flash de Movistar LaLiga. 

"Aquí en este campo nunca celebraría un gol, aunque estoy contento por haberme marcado y ayudado a mi equipo. Tengo mucho cariño al club. Me lo han dado todo y les estoy muy agradecido", admitió. Un gesto que, además, reconoció la afición rojilla de El Sadar al término del encuentro, coreando su nombre. Mikel Merino respondió y se acercó a aplaudir a la grada en señal de agradecimiento.