Fue bonito mientras duró (85-89)

{mosimage}El Cajasol ha cosechado ante el DKV Joventut la octava derrota de la temporada después de haber hecho su mejor partido y de haber ido ganando durante muchos minutos. En realidad, lo único que importa es eso, aunque se pueden extraer muchas conclusiones positivas de lo visto en San Pablo. Para empezar, el equipo ha mejorado una barbaridad. Ya no baja los brazos y sabe reaccionar a situaciones de partido que se tornan complicadas. En segundo lugar, la grada empieza a dar síntomas de cierta comunión con el equipo. Va más gente a San Pablo y se grita mucho más. Y en tercer lugar, la llegada de Miso provoca una mejoría notable del juego exterior.Dicho esto y teniendo claro que la mejora es palpable, cabe reseñar que los de Magnano han perdido cómo y cuando ha querido Rudy Fernández, que en una segunda parte estelar se ha echado su equipo a las espaldas y ha machacado al Caja con la ayuda de Sonseca. Tendrá que trabajar Magnano el atque a la zona. Aito ha puesto este tipo de defensa en el tercer cuarto y por ahí ha empezado a ganar el partido su equipo. Lo peor de todo  el balance. 3 victorias y 8 derrotas no invitan a soñar con nada.