No hay excusa posible
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La vida ha cambiado mucho para este Betis desde que las bolas mágicas le emparejaran con un Segunda B en la Copa. Por aquel entonces la ilusión por rememorar viejas hazañas volvió a resurgir viendo la oportunidad en bandeja que le deparó aquel sorteo. Sin embargo, en apenas un mes los de Chaparro han sido capaces de congelar la euforia y priorizar todos los sentidos en la Liga. De ahí que el choque de esta noche tenga muchos matices aunque la ocasión parezca muy propicia para seguir sorteando escalones hacia la cima. La mejor prueba está en la convocatoria bética, en los pocos comentarios sobre la Copa y en el nerviosismo a no vivir otro año igual al filo de la navaja. Vamos, y en las palabras de Chaparro.
Enfrente estará un Real Unión convencido de todo tras dejar en la cuneta al Real Madrid. Líder sólido de su grupo, ante su afición, con un césped en malas condiciones y la posibilidad de que aparezca la nieve parecen ser sus principales garantías, aunque bajo ningún concepto deben variar el cartel de favorito. El Betis tiene esa responsabilidad, por algo algunos de sus jugadores ganan más dinero que el modesto presupuesto de su rival. Por algo hay varios internacionales en sus filas. Por algo está dos categorías por encima. Y por algo todo lo que no sea estar en cuartos supondrá un fracaso inexcusable. Como quiera que recuperar la identidad perdida es un reto para los verdiblancos, si la Copa sirve para eso mejor que mejor.