El Sevilla, en el papel de visitante temible

El Sevilla tiene esta noche en Gijón la necesidad y la obligación de recuperar la senda de la victoria tras dos empates consecutivos que lo han descolgado en cierto modo, en puntos, de la cabeza de la clasificación. Por eso precisamente no se puede permitir más tropiezos. Cierto es que, hasta ahora, los contratiempos más duros han sido en el Sánchez Pizjuán, pero fuera de casa la trayectoria es envidiable. Cayó en La Coruña y Valencia, dos salidas más que peligrosas y en las que perder entra dentro de lo probable o posible. Pero en el resto de salidas el Sevilla se ha mostrado poderoso. Pamplona, Bilbao, Jerez, Tenerife... Ahora toca Gijón, que pese al buen momento del Sporting es un campo que entra más en el segundo grupo, de visitas asequibles, que en el primero. Y sí, es verdad que el conjunto asturiano aún no ha perdido en su casa, y que el Sporting está rozando los puestos europeos, y que el Sevilla cuenta con bajas por doquier, sobre todo en defensa (Squillaci, Escudé, Sergio Sánchez) y en la delantera (por calidad, Luis Fabiano), pero ya no hay más tregua. Es ganar o pensar que el campeonato va a ser otra cosa diferente a lo estimado en el primer tramo. También lógico, teniendo en cuenta las posibilidades del Sevilla con respecto a los gigantes, pero diferente al fin y al cabo. 
Quizás todo sea más sencillo que todo eso. A lo mejor solo necesita el conjunto de Jiménez que Negredo o Kanouté, o ambos, la enchufen, cambie la suerte, el viento, y el Sevilla se encarame de nuevo en la excelencia y el privilegio.