La falta de gol, un mal que el Sevilla revive
El empate a cero que el Sevilla consiguió en Vallecas puede ser interpretado de distintas formas. El equipo sigue invicto después de tres jornadas, dos de ellas a domicilio, y ante el Rayo salió intenso desde el inicio y no sufrió defensivamente. Pero cualquier análisis desemboca en la pesadilla que vivió de cara a la portería de Rubén y Giménez, los metas franjirrojos.
Solo la falta de gol privó al conjunto nervionense de la victoria en suelo madrileño. Gozó de numerosas ocasiones ante un equipo mermado atrás por el planteamiento de su técnico, Paco Jémez, que facilitó las contras en superioridad del Sevilla; disfrutó de dos penaltis y desaprovechó ambos, primero Negredo y luego Rakitic; jugó veinte minutos con un hombre más y aun así fue incapaz de anotar un tanto.
Un mal acentuado en esta tercera jornada pero que no es repentino. El Sevilla ya vivió este calvario la temporada pasada, cuando, con Marcelino García Toral en el banquillo, llegó a marcar registros negativos en este sentido. De hecho, el discurso que mantuvo el asturiano hasta su destitución incluía un gran porcentaje de achaques en lo que a la falta de gol se refiere.
Para el mal recuerdo quedan partidos como ante el Granada, el Español o el propio Rayo del curso pasado. Duelos en los que el Sevilla generó multitud de ocasiones, algunas inmejorables, pero mostró su desatino una y otra vez ante la portería rival.
Con generar ocasiones no basta
Tras el duelo en Vallecas, Manu del Moral, a quien Míchel situó en la izquierda como sustituto del lesionado Reyes, incidió en la importancia de generar oportunidades de peligro, independientemente de que se conviertan o no en gol. Sin embargo, no hay más que regresar a la campaña anterior para comprobar que no siempre este tipo de problemas es justificable alegando una mala racha, que a veces no es algo transitorio sino un problema cuya solución se antoja vital. El propio atacante jienense malogró situaciones manifiestas de gol ante la portería rayista.
La importancia de la segunda línea
Esto permite sacar a colación el debate sobre si el Sevilla debería haberse reforzado en la parcela ofensiva. Aunque también hace reflexionar sobre uno de los deseos de Míchel desde su llegada, que la segunda línea aporte goles, que hombres como Jesús Navas, Rakitic, Reyes o Trochowski sean protagonistas en el tanteador.
Torrentes de ocasiones como el generado en Vallecas necesitan efectividad. De lo contrario, la ansiedad puede hacer acto de presencia y el equipo no encontrará el equilibrio entre la seguridad defensiva, como la mostrada ante los rayistas —hay que recordar que, antes, la zaga había mostrado ya algunas debilidades— y la capacidad anotadora, tan necesaria.