Paseíto y Copa
Álvaro Ramírez IIIEl Sevilla ha solventado con total comodidad la eliminatoria de la Copa del Rey ante el Español. Ha ganado 0-3 en Cornellà y se ha colado en los octavos de final, donde espera al Mallorca o al Deportivo, que juegan este jueves. Lo ha hecho el equipo de Míchel cómoda, fácil y tranquilamente, lo que ya es una buena noticia teniendo en cuenta cómo bajaban las aguas por Nervión tras la goleada del Atlético.
Necesitaba el Sevilla de todo menos problemas en Barcelona, y la verdad es que no los hubo. Porque las circunstancias estaban muy a favor de los hispalenses: un campo casi vacío, un rival moribundo, un resultado de la ida muy favorable, una expulsión temprana del rival... Pero también porque el equipo de Míchel puso algo de su parte. Puso presión en el centro del campo, con Maduro, Medel y Rakitic al grado de intensidad que deberían estar todos los partidos. Ese dominio de la zona ancha, esos obstáculos a Verdú, al que rodearon siempre, propiciaron robos y robos de balón que permitieron al Sevilla llegar con peligro a la portería de Casilla.
Sevilla FC: Diego López; Coke, Fazio, Botía (Cala, m. 46), Fernando Navarro; Maduro, Medel, Rakitic (Kondogbia, m. 56); Navas, Babá y Perotti.
Así, robando, pudo marcar Perotti en el primer tramo del partido, sin embargo el tanto se originó en una acción bastante completa del conjunto nervionense, que sacó la pelota desde atrás de forma impecable para llevarlo desde Coke a Babá para que este provocara un penalti (que no debió serlo, pues estaba fuera del área) y una roja, a Javi López.
La eliminatoria quedó sentenciada con el tanto de Perotti y a partir de ese momento la única incertidumbre que quedaba era conocer hasta qué punto aprovecharía el Sevilla las circunstancias para rellenar su tanque de confianza.
Y ganó el conjunto nervionense en autoestima, aunque a medias. Poco después llegó el segundo tanto, de Rakitic a asistencia de Jesús Navas.
La segunda mitad sirvió para que Babá marcara su primer gol de la temporada, y poco más. Tuvo más oportunidades el equipo hispalense, pero no las aprovechó, entre otras cosas porque el mismo senegalés desperdició otra clarísima que empañó su tanto a media chilena.
El caso es que el Sevilla tampoco quiso hacer más sangre ante un Español hundido y con diez y agotó los minutos hasta llegar a los octavos de final.
El equipo de Míchel solventó el trámite con comodidad y de paso insufló calma al entorno y al vestuario del equipo, agitado tras la debacle del Calderón.