El Sevilla y su penitencia

Si de las definiciones de penitencia tomamos la que dice que es una "virtud consistente en el dolor de haber pecado y el propósito de no pecar más" y la relacionamos con el Sevilla, enseguida nos percatamos de que la visita nervionense al Ciutat de Valencia guarda este propósito.

Un término propio de la Semana Santa para una pena focalizada: el Sevilla apenas es nada cuando abandona el Sánchez Pizjuán. Lo marcan las sensaciones, lo corroboran los números, lo admite Emery. Europa no está tan lejos siempre y cuando el equipo se aproxime fuera a lo que es en casa. El técnico vasco entiende que la apuesta, en ambos casos, es similar, pero en su análisis comprueba que a domicilio, por ejemplo en Mallorca, se genera mucho menos peligro que como local, sin ir más lejos ante el Zaragoza.
"Tenemos que buscar, sin perder nuestro norte, que además de tener el control podamos tener más ocasiones que el rival. El Levante nos dejará posesión y estar cerca de su portería, pero no dejará que hagamos muchas ocasiones", expone el de Hondarribia.
Y es que al hablar del Levante todo el mundo sabe cómo hacerlo. Amén de que ahora ocupa el lugar que el Sevilla ansía, un puesto en la Europa League, lo ha hecho con un estilo muy definido que ejecuta de memoria y que, por ser automático y alimentarse de convicción, resulta altamente mortífero. La defensa hispalense, a la que a menudo le tiemblan las piernas, ha de mantener el tipo cuando los granotas contragolpeen.
En realidad, no sólo la defensa sino también el centro del campo ha de vigilar los espacios. Los hombres de la medular, Kondogbia, Medel y Rakitic, acumulan demasiados minutos tras jugar con sus selecciones, si bien Emery no está dispuesto a perder el músculo frente a una roca: el indiscutible Medel, con sólo un entrenamiento después de estar con Chile, ha entrado en la lista, mientras que Hervás, un jugador sin rodaje y de otro corte, se ha quedado en casa pese a haber ensayado con el grupo.
Indica esto el tiempo en el que estamos. La recta final, los diez partidos a los que tanta importancia daba Luis Aragonés, está en marcha. Y ya nada debe desviar la atención sevillista. La meta es Europa y los pensamientos tienen que estar dirigidos hacia el único objetivo aceptado. Las selecciones han quedado atrás y hay que impedir que el cansancio en las piernas afecte a la mente.
Esta obsesión por alcanzar Europa, por no quedarse fuera por segundo año consecutivo, es la que, a juicio de Juan Ignacio Martínez, técnico levantinista, hace temible al Sevilla. Pero esa obsesión mayor pasa por otra ineludible: trasladar parte de la fiabilidad que el equipo tiene en casa lejos de Nervión. Esta vez, en concreto, al barrio de Orriols, donde el conjunto blanquirrojo intentará poner fin a una racha de medio año sin vencer como visitante en la Liga. Se dice pronto.
Será una Santa Semana si, como espera el sevillismo, se consiguen los tres puntos en la capital del Turia. Ya lo dice Emery: "Nuestra Semana Santa debe ser ganar el sábado". Es la única forma de mantener vivas las esperanzas, de esquivar una realidad inservible cuyo peligro es la perpetuidad. Queda claro que Europa pasa por obtener puntos como foráneo. 
 
Alineaciones probables
UD Levante: Munúa; Lell, Vyntra, David Navarro, Juanfran; Iborra, Diop; P. Ríos, Juanlu, R. García; y Acquafresca.
Suplentes: K. Navas, Roger, Karabelas, Míchel, Juanlu, Rodas.
Sevilla FC: Beto; Coke, Fazio, Fernando Navarro, Alberto Moreno; Medel, Kondogbia; Navas, Rakitic, Reyes; y Negredo.
Suplentes: Palop, Manu del Moral, Maduro, Cala, Cicinho, Botía, Babá.