La madre de todas las visitas
Y de repente, después de una temporada de tiovivo, con parte circense y con parte irregular, el Sevilla se planta esta noche en La Rosaleda, ante el Málaga, con todas las miras puestas en Europa. Así es la Liga, esta Liga a la que se ha agarrado el equipo nervionense en casa y de la que se ha soltado fuera, hasta ahora.
El equipo nervionense, pese a sus defectos, casi todos como visitante, tiene sus opciones, vivitas y coleando. Tiene Europa al alcance, a tiro de piedra, a un partido, y puntos por delante para intentar meter la cabeza en Europa. La primera opción es la séptima plaza. Y cuando salte al césped el conjunto sevillista ya sabrá si la tiene más lejos, más cerca o a la misma distancia. Pero el partido de este domingo encierra otra opción, incierta, complicada, pero no imposible.
Y no, no es la octava plaza. Toda la literatura periodística al respecto se reserva ya para comienzos de junio y el dictamen del TAS. Esa posibilidad incierta, complicada y difícil apunta a la sexta plaza, la apuntó Emery, para ser más exactos.
El Sevilla tiene que ganar en La Rosaleda porque un triunfo es imprescindible para seguir en la pelea con el Betis como mínimo, también para reforzar su maltrecho ánimo en los encuentros a domicilio (una victoria en toda la Liga, en septiembre pasado), y también, por qué no, para intentar meter al Málaga en una pelea que ya creía superada y ganada, la de los puestos europeos. Sí, es pretencioso, sobre todo cuando el Sevilla tiene un bagaje tan pobre a domicilio que casi es un insulto hablar de aspiraciones.
Pero es que al equipo de Emery ya no le queda otra que ser pretencioso. O es pretencioso o tira la Liga, y en el resultado de esta noche posiblemente se encierra esa dialéctica. No tiene términos medios, como no los ha tenido en toda la temporada. El Sevilla solo dará ese zarpazo europeo si da el todo por el todo, si completa un final de la Liga casi impecable y si culmina su remontada. Si lo deja a medias, continuará donde ha estado, en la nada. Esa es su ambición, ese su reto, esa su superación.
Y si hasta aquí el partido ya tenúa su miga añadan otra, la de La Rosaleda, la de un equipo cuya afición mete en vena la pasión por un duelo más enfervorizado desde la Costa del Sol que desde la capital andaluza. Para los malaguistas el Sevilla es su enemigo público número uno, el partido que hay que ganar en la Liga, su 'derbi'.para los blanquirrojos no es un derbi, es un duelo cargado de hostilidad. Pero quién sabe, quizás le venga incluso bien a un equipo que necesita intensidad fuera de casa, endógena o exógena, pero intensidad. Quizás la encuentre en esa rivalidad alimentada en La Rosaleda.
Si la intensidad suele ser lo primero, los factores tácticos, estratégicos, las bajas y las altas pueden ser hasta secundarias, aunque en el Málaga son de relevancia, sobre todo la de su portero, Caballero, y la de su central Demichelis. Por contra vuelven Gámez y Weligton y en ataque estarán los exsevillistas Saviola y Baptista. Dieron gloria, hoy son amenazas.
Pero como también el Sevilla acude con bajas, se neutralizan. Ni Reyes ni Fazio. Más fundamental si cabe la segunda, pues Perotti parece cubrir, e incluso apropiarse con garantías con el puesto del utrerano.
Y lo demás está escrito y es consabido. Que si Isco, que si Navas, que si Negredo que si Joaquín... Grandes jugadores todos en un partido de gran dimensión donde el Sevilla se juega su ser o no ser en la temporada en medio de una hostilidad al sevillista que ocupa podio en el ranking de los rivales.
Alineaciones probables:
Málaga CF: Kameni; Gámez, Lugano, Weligton, Antunes; Camacho, Iturra; Joaquín, Isco, Eliseu; Baptista.
Suplentes: Pol; Duda, Onyewu, Morales, Piazón, Portillo, Santa Cruz, Saviola, Sebas.
Sevilla FC: Beto; Coke, Botía, Fernando Navarro, Alberto Moreno; Kondogbia, Medel; Jesús Navas, Rakitic, Perotti; Negredo.
Suplentes: Palop; Cala, Cicinho, Hervás, Maduro, Stevanovic, Manu, Babá.
