Tras la pista del despiste
El micromundo del Real Madrid, o el maximundo, que a veces se confunden, tiene estas cosas. Tan grandilocuentes para unos, tan obtusas para otros. Realmente, a los sevillistas (y a todo buen hijo de vecino, hemos de añadir), le parecerá una auténtica y somera paletada que en el conjunto merengue estén más preocupados este miércoles de una imitación, graciosa por cierto, de Joseph Blatter de Cristiano Ronaldo, que del Sevilla FC. Pero así es, así es ese mundo que pulula alrededor del Real Madrid.
A todo buen hijo de vecino le parecerá, decimos, una auténtica tontería la que se arma en los círculos capitalinos por sucesos como este. Al Sevilla, sin embargo, debe parecerle una circunstancia más de las que rodean a un partido del que resulta realmente complicado sacar algo positivo, pero en el que tendrá alguna oportunidad el conjunto de Emery si ofrece su mejor nivel.
El Sevilla, siendo realistas, tiene más bien pocas opciones de hacer algo gordo en el Santiago Bernabéu, como el 90% de los equipos de fútbol del mundo. El circo está montado así. Unos fichan por 100 millones y otros venden, unos aumentan su presupuesto, los mismos, y otros lo reducen. Esta es la liga española, en la que en un Real Madrid-Sevilla deben darse circunstancias especiales para que salte la sorpresa.
Pero, aún así, siempre existe la posibilidad de dar esa sorpresa. Más o menos, pero existe. Para agarrarse a ella el equipo de Emery debe primero mirarse a sí mismo. Si flojea, el Madrid pasará por encima suya. Debe el Sevilla de Emery ser sólido, solidario, fiable y sacrificado en defensa. Debe ser seguro, algo que casi no ha logrado esta temporada. Y debe cederle la pelota al Real Madrid de Ancelotti para que asuma el control del partido, precisamente como se encuentra más incómodo. Luego el Sevilla de Emery debe ser raudo, veloz y rápido en las transiciones. Nada de facilitar el robo merengue, pues de él se nutre. Y cómo no, la fórmula mágica se completa con el acierto y el peligro.
Eso por parte sevillista. Quizás opte Emery para lograrlo por el doble pivote defensivo (Iborra, M'Bia o Cristóforo) y Rakitic de mediapunta, con Gameiro, más rápido, arriba.
Y luego, tras hacerlo todo de sobresaliente, debe el Sevilla esperar que el Real Madrid ande algo distraído, ansioso incluso. No ya por la imitación de Blatter, si no por las circunstancias que dan casi por ganado el partido tras una derrota en el Camp Nou. No cabe en merengue testa un pinchazo prolongado tras la más dolorosa de las derrotas, y menos en el Santiago Bernabéu.
Además, si aguanta el encuentro, puede llegar a jugar el Sevilla hasta con la ansiedad de un equipo que, sinceramente, para ser lo que es y paga gastar lo que gasta, no está dando la talla hasta ahora. Tampoco es que lo esté haciendo el Sevilla, pero en momentos puntuales ha demostrado que sabe competir. Lo hizo en el Camp Nou. Y una imagen muy similar debe dar para intentar puntuar en el Bernabéu.
Es difícil, complicado y a veces casi imposible, porque aun salvando y aprobando todo lo antes expuesto, todavía quedará por salvar un último obstáculo, el árbitro. El de José Antonio Teixeira Vitienes en este caso. No hace falta apurar en explicaciones. Es una evidencia que el Real Madrid sale beneficiado (para qué contar esta temporada), en su estadio aún más y que para los visitantes supone a veces una barrera insalvable la arbitral.
Alineaciones probables:
Real Madrid: Diego López; Arbeloa, Pepe, Varane, Marcelo; Modric, Illarramendi; Bale, Isco, Cristiano Ronaldo; Benzema.
Suplentes: Casillas, Jesús; Sergio Ramos, Carvajal, Coentrao, Nacho, Casemiro, Khedira, Xabi Alonso, Jesé, Morata.
Sevilla FC: Beto; Diogo, Carriço, Pareja, Alberto Moreno; M'Bia, Iborra; Jairo, Rakitic, Vitolo; Gameiro.
Suplentes: Javi Varas; Coke, Fernando Navarro, Cala, Cristóforo, Perotti, Reyes, Bacca.
