Bodas de plata del mundo al revés
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El Sevilla ha sufrido en Barcelona, en el Camp Nou, algunos agravios arbitrales en las últimas temporadas. Sin ir más lejos, la pasada temporada el equipo de Unai Emery cayó ante el Barça en un polémico partido, en el que el conjunto azulgrana marcó un gol pasado el tiempo de descuento (94') y en el que además Cala vio anulado un gol de cabeza a todas luces legal. Pero, curiosamente, hubo un año, un partido, una temporada, en la que las tornas cambiaron, en la que fue el conjunto nervionense el que logró beneficiarse de una decisión arbitral. Este 2014 se cumplen ya 25 años de aquella noche, famosa noche, en la que Polster cayó y Brito Arceo pitó penalti.
Era víspera de la Nochevieja de 1989, sábado 30 de diciembre, Barcelona-Sevilla en el Camp Nou. El conjunto culé parecía encarrilar el partido con comodidad con un 3-1 a favor. Corría el minuto 75 del partido Fue entonces cuando Toni Polster se escapó en velocidad y sufrió una falta, fuera del área, que convirtió el colegiado canario en penalti. Transformó el mismo sevillista ese tanto (ya había metido el primero, también de penalti) y el Barcelona enloqueció. Tanto, que Carvajal, en el minuto 83, y Conte, en el 87, remontaron el encuentro y dieron la victoria a los sevillistas, que realmente vivieron una entrada de año 1990 muy feliz.
El equipo de Vicente Cantatore completó entonces una buena temporada y acabó jugando la UEFA tras poblar de pañuelos el Camp Nou. Los poblaría más tarde de nuevo el Sevilla en la campaña 2002/03, pero en aquella ocasión ya no por razones arbitrales.