El Betis recupera la alegría
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Merino, en su día, puso la primera piedra de la recuperación con los resultados, y ahora Pepe Mel empieza a edificar ese equipo que debe de ser el Betis haciéndolo crecer en confianza y en seguridad. Futbolistas que pudieron parecer inválidos, ni siquiera aptos para Segunda o para el Betis, han recuperado la alegría, la confianza y el acierto. Un buen ejemplo puede ser Jorge Molina, apagado otrora, ahora reluciente, goleador, participativo. Pero ejemplos hay varios. Los mismos Cejudo y Pacheco, que ya forman parte del engranaje del mejor juego verdiblanco, o Molinero, capaz de llegar al área contraria y poner un balón de categoría al delantero. Y por supuesto Rubén, pero ese está a otra esfera, la que le permite dejar sentados a defensores y poner goles como el 1-0 a Dani Ceballos.
El caso es que el Betis está mejorado, pero que muy mejorado. Y ya, al menos hasta este domingo, puede decir que colidera la Segunda división. Más o menos lo que se espera de él, más o menos lo que le corresponde a este equipo. Es decir, el Betis se ha puesto en su sitio y a partir de ahí a pelear de verdad por marcar distancias, por hacer más llano el difícil camino de la categoría y, además, a hacer disfrutar dentro de lo posible a sus aficionados.
Ante el Sabadell el equipo verdiblanco lo hizo maravillosamente fácil. Con algunos factores a favor, cierto, pero lo hizo fácil, y eso es lo que cuenta. Marcó pronto, en una jugada iniciada por Ceballos en la pelea (reclamaron falta los catalanes) y resuelta por él mismo tras una gran maniobra y asistencia de Rubén Castro. Contemporizó algunos minutos el conjunto bético, cierto, y algún sustito se llevó atrás, pero en realidad el partido solo tenía un signo, y muy claro. Tanto que cuando el Betis de nuevo se puso empezó a generar fútbol, gracias sobre todo a la participación de la mayoría de los hombres de ataque del Betis. Con más o menos acierto, participaban, y eso aportaba mucha frescura y sorpresa al juego verdiblanco. Llegó el segundo tanto, en un gran pase de Molinero, y luego la expulsión, absurda pero expulsión por la dura entrada, de Nauzet, y el partido se puso de dulce para el Betis y para la afición, con 45 minutos por delante para el disfrute y para dar minutos.
Metió al poco tiempo Mel a Portillo por Xavi Torres (Lolo Reyes salió por un lesionado Cejudo) y luego a Renella por un ovacionado Jorge Molina. Buscó el Betis el tercero y se gustaron los verdiblancos en algunas acciones, pero el tanto se hizo de rogar y no llegó. Daba igual en realidad, la fiesta estaba instalada ya en la grada, que se vuelve a sentir segura con su equipo.
El Betis se asienta en la parte alta de la tabla, en su lugar, ese que da acceso a volver donde debe. El Betis, además de haber parecido siempre un candidato firme al ascenso, ahora por fin lo es. Con argumentos. Por fútbol, por equipo, por entrenador y por fiabilidad. Este Betis ya no se complica. El camino será largo pero parece evidente que, como mínimo, lo recorrerá con alegría, y seguramente con acierto.