El silencio engulle el Benito Villamarín en la resaca del derbi

Día de lamento, dolor y duelo en el beticismo. El Real Betis volvió a caer derrotado en su estadio ante el eterno rival en un partido con dos partes diferenciadas. El combinado de Víctor Sánchez del Amo sometió al Sevilla durante los primeros 45 minutos consiguiendo un tanto por mediación de Riza Durmisi. En el acto final, el conjunto verdiblanco se vino abajo como un castillo de naipes. La entrada en el campo de Vicente Iborra unida a los fallos infantiles a balón parado le dieron la vuelta al luminoso. Este domingo, la plantilla volvió a los entrenamientos sin tiempo para lamentarse y comenzó a preparar el partido contra el Málaga CF.

El silencio inundó las calles aledañas al coliseo bético al amanecer. Un silencio roto por el piar de las madrugadoras aves que sobrevuelan el gris cielo de Sevilla. Los jugadores se ejercitaron en el interior sin ningún reproche de nadie. Dos miembros de seguridad custodiaron la entrada al párking pero la brisa matutina fue la única que allí se acercó. Como si de un rincón fantasma se tratase, lejos queda ya los más de 40.000 espectadores que en el día de ayer se dejaron la garganta para volver a ser defraudados.
Este martes, nueva oportunidad para enderezar el rumbo de un equipo que navega a la deriva en la tabla clasificatoria.