La emoción de Monchi

No cayeron lágrimas, peor faltó poco. Porque Monchi aguantó el tirón como pudo, con gran sentimiento y mucha pasión. "Si miro a mi familia y a los míos (dirección deportiva), voy a llorar". Y no lloró. Un discurso muy emotivo que acabó con un aplauso sentido de los asistentes en la sala de prensa del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Y otro abrazo igual de sentido con el presidente José Castro.

Monchi prefirió el turno de preguntas y respuestas antes de dar su esperado discurso para que las emociones no le hicieran pasar un mal rato. Habló de todo y no obvió algún tema espinoso. Incluso tuvo un momento gracioso con un periodista al que respondió de malas maneras después de su viaje a Londres: "Deja de decir tonterías, tío" (con risas esta vez).
El gaditano espera que esta despedida, aunque habrá otra con su gente en el Sánchez-Pizjuán ante el Deportivo, sea un hasta luego: "Ya sea para pintar las líneas del campo". Monchi se sintió agradecido tras tres décadas en el Sevilla, donde sólo le ha faltado ser entrenador y presidente. Y un mensaje especial para Pablo Blanco: "Es el que ha hecho posible que hoy esté aquí. Fue el que me fichó para jugar en el Sevilla".
Un discurso que el sevillismo tardará en olvidar y también el socio 8.554. Porque el 31 de marzo de 2017 no será un día más en la historia del Sevilla. Se va Monchi, uno de los grandes culpables de los éxitos del Sevilla.