La vía más rápida hacia la Champions

Cuarto contra penúltimo. La lucha por la Champions y la desesperanza de ver cómo el descenso a Segunda caerá más pronto que tarde. La balanza parece decantada antes del pitido inicial de Trujillo Suárez. Pero ojo, el protagonista que parece favorecido de antemano es el Sevilla FC y la historia –reciente o pasada, da igual- dicta que la relajación ante rivales a priori inferiores es el cimiento del petardazo.

Quedan seis jornadas para el final y el equipo de Jorge Sampaoli tiene en su mano concretar por la vía rápida la clasificación para la próxima edición de la Liga de Campeones. El partido ante el Granada CF es el primero de los cuatro que le quedan por jugar en Nervión y si los gana todos habrá concretado el cuarto puesto haga lo que haga el Villarreal, que con su derrota del lunes en Vitoria dio un paso atrás que deja el camino prácticamente expedito a los que moran en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Si el Sevilla recupera esa imagen que dio durante buena parte de la temporada, tiró a la basura en un mes infame, e intenta reanimarla en los dos últimos partidos, la clasificación estará hecha más temprano que tarde y le quedará la motivación de dar caza al tercer puesto de un Atlético de Madrid que tendrá ojo y medio puesto en las semifinales de la Liga de Campeones y de lograr superar el récord de puntos que Unai Emery dejara en 75 hace dos temporadas. Ese es el legado que Sampaoli quiere dejar en la que, probablemente, será su única temporada en la entidad.
Analizar posibles onces y lamentarse de las bajas en un partido de esta índole es no separar el grano de la paja. El Sevilla debe ganar sí o sí, saque quien saque el técnico casildense y saque quien saque un tal Tony Adams que el Granada se ha sacado de la manga no se sabe muy bien ni por qué ni para qué. Pero como esto es una previa periodística, la mayoría de los lectores querrán leer que Vitolo es baja después de su lesión en Mestalla y que Rami y Nasri tienen visos de aparecer. Leche migá, porque además la convocatoria no se conocerá hasta horas antes del partido.
Una temporada más, el equipo nervionense va a estar en Europa, sea en una competición o en otra. Eso asegura, entre otras cosas, que no juegue un partido de fútbol en un día tan feo para ello como el viernes, jornada en la que el aficionado piensa más en el descanso o el ocio de las primeras horas del fin de semana que en seguir la liturgia balompédica. El aviso de LaLiga Santander ha sido claro: fuera de la Champions es igual a viernes y lunes a cascoporro para uno de los equipos más golosos para las televisiones.
A todo esto, enfrente está el Granada, compuesto por un puñado de futbolistas no necesariamente malos que no han sido capaces de hacer un equipo en condiciones. Ni con Paco Jémez, ni con Lucas Alcaraz y tampoco lo harán con Adams. Penúltimo y a siete puntos de la salvación, la distancia parece más bien de 77. El conjunto nazarí lleva descendido moralmente muchos meses, y matemáticamente está al caer. Para colmo, al técnico inglés se le acumulan las bajas y Adrián Ramos, Foulquier, Kravets, Ingason y Wakaso son bajas. Por el contrario, recupera a Carcela, posiblemente su jugador más talentoso.
Los ingredientes son de 1 fijo en la Quiniela, pero el Sevilla es muy de caerse en lo más llano, y esta temporada lo ha demostrado. Precisamente ante el mismo Granada en la primera vuelta, cuando los dos grandes empataban entre sí y le daban la oportunidad de acercarse a la cabeza. Ese sueño casi se acabó ahí, lo onírico ha dado paso a lo práctico y 19 jornadas después no se puede tropezar en la misma minúscula piedra. El objetivo está al alcance de la mano y hay que alcanzarlo por la vía más rápida posible.