Aún hay tiempo para más ridículos

Lo peor del Betis es que aún le quedan dos partidos. Otros dos días para seguir firmando nuevos ridículos. Uno ante el Atlético y otro en El Molinón. Y siguen los mismos. Una nueva vergüenza, otra noche negra en la histórica vida del Betis. En Leganés, en Butarque, que no fue en el Camp Nou, donde se vio el primer ridículo de la temporada. O esto cambia pronto, ya, o el futuro del Betis está en la Segunda División. Si no ha sido este año no es por méritos propios. Sólo hay que verlo.

Porque el Betis, los jugadores, el cuerpo técnico, quien ficha y quienes dirigen, en global, no se merecen defender esa camiseta. La imagen en Leganés fue más que sonrojante, de vergüenza. Y quien pensara en una ayuda al Sporting es que no sabe de fútbol. Es que no conoce a este Betis. Que no vale ni para pensar en cosas extrañas, simplemente es así. Muy malo.
Para empezar, desde el banquillo. A Víctor se le pasó por la cabeza durante la semana que Mandi podía jugar de pivote. Como poder, puede. Cualquiera puede. Otra cosa bien distinta es que esa modificación en el sistema, que pasaba a defensa de cuatro, tuviera su repercusión positiva en el partido. Sobre todo cuando los jugadores salen con varias marchas menos que el rival, que sí se estaba jugando la vida.

En un arreón inicial el Leganés dejó sentenciado el partido. Sea como fuera, eso no se lo puede permitir el Betis... ¡¡¡con el Leganés!!! El árbitro pitó penalti tras una mano de Álex Martínez de esas que se pitan cuando el que pita quiere. Y en Butarque Trujillo Suárez quiso. El lateral del Betis saltó hacia atrás con la mano despegada del cuerpo. La norma es clara. Szymanowski no perdonó ante Adán y la grada comenzó su noche de gloria.
Pero hubo más, vaya si lo hubo. Y fue poco después, en otra acción defensiva del Betis más propia de los chistes que de fútbol. Entre Tosca y Álex Martínez abrieron un camino que estaba ya cerrado para que El Zhar batiera por bajo a Adán. Lo que tiene que aguantar el portero del Betis no está escrito. Y en 15 minutos, 2-0 y el partido visto para sentencia. Cómo sería la cosa que hasta Dani Ceballos, desde su casa o donde estuviera viendo el partido, mostró su enfado en Twitter.
Y en 15 minutos, 2-0 y el partido visto para sentencia. Cómo sería que hasta Dani Ceballos mostró su enfado en Twitter
El segundo gol, con la grada en pleno éxtasis, calmó el partido. Al Betis no hacía falta que le calmaran porque estaba ya demasiado tranquilo. Víctor ya no sabía si recuperar a Mandi como libre o que siguiera como pivote. Tanto monta, monta tanto. El orden de los factores no altera el producto. El Leganés dio un paso hacia tras en busca de una contra, pero siempre con el control del partido. Sólo Rafa Navarro apuntó algunos detalles positivos en la primera parte. El resto era para llorar, unos con más culpa que otros.

Sin remedio

Pero la culpa más grande fue de Víctor, que viendo lo que había, y no era bueno precisamente, decidió no hacer cambios en el descanso. A lo mejor quiso castigar de alguna forma a los que estaban sobre el césped, aunque se estaba castigando a sí mismo. Y quien castigó de verdad a la vergüenza bética fue Gabriel Pires. El brasileño robó un balón en el centro del campo a Rubén Pardo, vio a Adán adelantado y mandó el balón a la mismísima escuadra. Lo que le faltaba al Betis, lamentable esta temporada, era salir mucho tiempo como protagonista de uno de los mejores goles del año.
Un cabezazo de Álex Alegría que acabó en paradón de Herrerín fue el currículum ofensivo del Betis, que no fue descabezado aún más porque el Leganés es el Leganés y la fiesta ya estaba en la grada tras el 2-0. Bueno sí, Szymanowski corrió hacia Adán con Pardo y Pezzella mirando. Sí, mirando. Fue el colofón al vergonzante partido del Betis. El colofón a lo que es este Betis. El colofón a lo que está sufriendo el Betis. O alguien cambia esto o muy pronto el beticismo estará de nuevo en el infierno de la Segunda División.
 
 

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