Incómodo invitado a la fiesta

En Chamartín todo es fiesta. Hace unos días dejaron en la cuneta a uno de sus rivales más enconados para meterse en la final de la Liga de Campeones y está cerca de hacerse con el título liguero. Le vale con no perder ninguno de los tres partidos que le quedan o, si acaso, con empatar uno le sería suficiente.

Este inicio de crónica podría ser de cualquiera de esos medios nacionales que no ven más allá del Real Madrid, y que no tienen en cuenta habitualmente al rival que tienen enfrente los merengues. En este caso, el que nos ocupa es el Sevilla FC, un equipo que aunque no lo parezca, se juega la vida en el Santiago Bernabéu aunque, eso sí, con el colchón de una última jornada bastante asequible.
A los de Jorge Sampaoli les hace falta un punto para agarrar definitivamente el cuarto puesto, y para hacer el casi imposible de llegar al tercero está obligado a ganar y a esperar que el Atlético de Madrid pinche en sus dos últimas citas. No parecen probables ninguna de las dos cosas, pero por el escudo y la afición están obligados a intentarlo.
Además, y por qué no, hay que tener en cuenta que a una amplia mayoría del sevillismo le agradaría sobremanera ver cómo los suyos le amargan la Liga a uno de los rivales que más antipatías despiertan por Nervión.
Lo que sí es cierto es que sí parece difícil asaltar el Bernabéu de por sí, las circunstancias no invitan demasiado al optimismo. Con la gran cantidad de bajas que tiene, a Sampaoli le va a costar cuadrar un once competitivo en uno de esos estadios en el que si pestañeas más de la cuenta te hacen un roto en un instante.
La defensa estará especialmente mermada y, de hecho, no podrá siquiera alinear a ningún lateral nato. Mariano y Escudero se han quedado en Sevilla lesionados, Sarabia está sancionado y la baja de Rami tampoco invita a despejar demasiado la zona central de la zaga de circunstancias que tendrá que alinear. Más fácil lo tendrá arriba, precisamente por la falta de efectivos, pues su única duda debe ser, como casi todas las jornadas, el delantero que ocupe la punta de ataque, ya que con las piezas que le han quedado sanas al casildense parece harto complicado que salga a jugar sin un ‘9’ específico, opción que ha usado en otros compromisos similares.
Por su parte, Zinedine Zidane sabe que este es el partido clave para ganar la Liga y sus problemas se centran en la defensa. Las bajas de Varane y Pepe le obligan a formar dupla de centrales con Sergio Ramos y Nacho, lo que da la titularidad a Danilo. El lateral brasileño es casi la única pieza por la que se descose este equipo –ya lo demostró ante el Sevilla allá en enero-, por lo que los visitantes deben intentar aprovechar su debilidad. A partir de ahí, el francés tiene las opciones de decantarse por los pesos pesados o hacerlo por los jóvenes. La verdad es que a este Madrid le da prácticamente igual, y el debate es si unos juegan mejor u otros marcan más goles. Quién pudiera.
Con estos ingredientes se plantará el Sevilla en el Bernabéu. La victoria parece casi un imposible, pero por doble o triple motivo sería tan bonita que merece la pena pelearla. No como en el primer partido del año. Sí como en los siguientes envites en Nervión.