¡Ay, si todos los días fueras así, Betis!
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Y se apagaron las luces del Villamarín por esta temporada. Otra triste temporada, otra inesperada temporada. El Betis cierra su periplo como local con la ilusión de que algo bueno debe estar por llegar, como casi siempre, y de que, cuando quiere y se lo propone, sabe alegrar a su gente. Así fue ante el Atlético, en un adiós digno de un equipo que debería estar peleando por Europa y no pasar tantas miserias. En la fiesta de un jugador que bien podría haber jugado su último partido ante su gente.
Dani Ceballos firmó sobre el césped una ampliación de contrato, una renovación o una venta en verano de las caras. ¡Vaya jugadorazo tiene el Betis! El día que pocos pensaban en ver a un Betis peleón, combativo y hasta jugón fue el día fue el día más alegre en Heliópolis en mucho tiempo. Aunque no ganara, aunque el Atlético marcara con un polémico gol. Será que la llegada de Serra Ferrer ya ha empezado a activar a todo el mundo en el Betis.
Habrá sido Serra, el cambio de entrenador o que al final el jugador del Betis tiene su dolorcito en el alma de lo que ha hecho esta temporada, pero la primera parte fue muy decente. Mucho mejor que un semifinalista de la Liga de Campeones, que supo que Adán era el portero por una protesta del madrileño tras un remate con la mano de Giménez. Porque el Betis no jugó en chanclas, sin presión pero con la ilusión de dar una última alegría a su gente. Aunque hayan sido pocas, siempre viene bien una alegría para el cuerpo.
El Atlético nunca estuvo cómodo en esa primera parte, por mérito del Betis. Alexis, en un debut en el banquillo que nunca olvidará, cambió el sistema de tres centrales y dos carrileros por uno más normal del fútbol de hoy en día. Sin Mandi ni Tosca, con Bruno, y con Dani Ceballos en libertad. Y arriba Rubén Castro, como en los viejos tiempos. Sólo faltó irse al descanso con algún gol en ese marcador que esta jornada de tantos partidos a la vez no tenía reloj.
Porque el Betis mereció el gol, por opciones y por sometimiento al rival. Primero con Joaquín, que remató fuera en una jugada que acabó casi en mano a mano ante Oblak. Y sobre todo después con un disparo al palo de Dani Ceballos. Ese golpe de (mala) suerte que no tiene el Betis, porque el balón bordeó la línea de gol tras la espalda del portero del Atlético. Hubiera sido justo.
El festival de Dani Ceballos
Pero el utrerano tenía ganas de fiesta ante su examinador. Simeone quiere a Ceballos y su partido fue de sobresaliente. Toque por aquí, caño por allá y un gran gol desde la frontal del área. Porque batir a Oblak no está al alcance de cualquiera. Ceballos hizo lo que pocas veces suele hacer y demostró que también sabe hacerlo bien. Su segundo gol en la Primera División que fue ovacionado como si de un título se tratara. Y es que Ceballos, en este Betis, es casi eso, un título.
Simeone, ante el vendaval del Betis, que parecía más el Bayern de Múnich que este pésimo Betis que ha hecho varios ridículos esta temporada, decidió quitar a Gameiro, desaparecido, y se encomendó a Torres. Y llegó el empate, pero no fue por Torres, sino por Savic. Bueno más bien por una mano de Saúl que Álvarez Izquierdo decidió no ver. Cómo sería la cosa que hasta Joaquín se quiso comer al árbitro.
El empate no apagó al Betis, sino todo lo contrario. Oblak demostró por qué es uno de los mejores porteros del momento con una espectacular mano tras un tiro de Cejudo. Rubén Castro estuvo lento en el rechace, de esas ocasiones que no suele perdonar. Y el partido se fue durmiendo, en la despedida del Betis ante su gente en una temporada, otra más, para olvidar. Pero con ese regusto de haber sido mejor que el Atlético. ¡Ay si todos los días fueras así, Betis!
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Lo que está claro es que el equipo no es tan malo como lo han pintado, porque hacer un partidazo frente a un equipo de primer nivel como el Atletico no está al alcance de cualquiera por mucho que corran y peleen. Ayer además jugaron muy bien al futbol y merecieron ganar. El problema es dar de una vez con un entrenador que ponga un equipo lógico donde la gente esté donde sabe jugar y no sistemas innegociables o amarrateguis como el de Victor. Ayer fueron valientes, circularon la pelota con rapidez y con juego por bandas en vez de por dentro. Un gustazo ver a Joaquin jugar y ya de Ceballos se acaban las palabras. Con cuatro o cinco fichajes de nivel, este equipo podria aspirar a lo que quisiera.
Que alguien me explique cómo puede el mismo equipo hacer un partido como el de hoy y jugar como jugo la semana pasada. No quiero ni pensar que fuese a propósito.