Dani Alves y su mentira para fichar por el Sevilla

Dani Alves es uno de los futbolistas más importantes de la historia del Sevilla. Llegó en en el mercado invernal de la 2002/2003 y le costó mucho arrancar en el equipo que entrenaba Joaquín Caparrós. Ahora, a las puertas de jugar su cuarta final de Champions con la Juventus, Dani Alves repasa su llegada al Sevilla y su desconocimiento del club.

 
"Estaba jugando en el Bahía con 18 años y un scout aparece y me dice: "El Sevilla está interesado en ficharte". Dije que estupendo. El scout me preguntó que si sabía dónde estaba Sevilla y le dije: "¡¡Por supuesto que sé dónde está Sevilla. Me encanta!!". La verdad era que no tenía ni p... idea de donde estaba Sevilla. Podía estar en la luna perfectamente. Pero la manera en la que pronunció el nombre hizo que sonara importante. Así que mentí. Uno pocos días más tarde, empecé a preguntar a mi círculo y averiguo que el Sevilla jugaba contra el Barcelona y el Real Madrid. En portugués tenemos una expresión para este tipo de situaciones y me la dije a mí mismo: "Agora"", afirmaba con entusiasmo Dani Alves en una entrevista concedida en The Players Tribune.
Tras firmar por el Sevilla en citado mercado de invierno, su acoplamiento a la plantilla y la adaptación a la Liga no fue fácil. Dani Alves disfrutaba de pocos minutos. "Cuando llegué a Sevilla estaba cabreado porque algunos jugadores y el entrenador me miraban como si debiera de jugar con el filial. Estaba en medio de los seis meses más duros de mi vida. No hablaba español, el entrenador no me ponía y lo primero que pensaba era regresar a casa. Después, de alguna forma, recuerdo el equipo que me compró mi padre con 13 años y decido que me voy a quedar, voy a aprender el idioma, que intentaría hacer amigos para al menos volver a Brasil con una nueva experiencia que contar", relata Dani Alves.
Con Caparrós como entrenador había unas directrices claras. "Cuando empezó la temporada, el entrenador le dice a todo el mundo que "en el Sevilla, nuestra defensa no pasa el medio del campo. Nunca". Empecé a jugar algunos partidos, darle a la pelota, colocarme bien en la línea. Simplemente miraba, como un perro con miedo de cruzar una barrera invisible en el campo. Entonces, en un partido por alguna razón, me dejé llevar y fui yo y comencé a atacar. Entonces, el entrenador me dijo: "OK Dani. En el Sevilla tú atacas"", concretaba el brasileño.