El filial acaba con su racha invicto en Tarragona

El Sevilla Atlético ha perdido después de siete jornadas sin caer en su visita al Gimnàstic de Tarragona un rival directo por la permanencia que se escapa de la zona de descenso, en un partido marcado por un claro penalti a favor del filial no pitado en el tiempo de descuento sobre Miguel Martín.

Los goles de Maikel Mesa y Xavi Molina en la primera parte hicieron estéril el tanto de Carlos Fernández a falta de un cuarto de hora para el final del choque.
Y eso que empezó el partido con un Sevilla Atlético dispuesto a lanzarse al ataque. A los cuatro minutos de juego, el propio Carlos Fernández pudo adelantar al filial sevillista pero Xavi Molina, bajo palos, evitó que el balón entrara.
El ímpetu inicial de los visitantes se rompió tras una jugada desgraciada en la que encajó el primer tanto del partido. Un saque de falta en contra se convirtió en un mal despeje de Carlos Fernández que aprovechó Maikel Mesa para conectar un buen remate que Fede rozó involuntariamente para despistar a su guardameta e imposibilitar la atajada.
Intentaron reponerse los andaluces, que continuaron con su buen trato al balón y encerraron durante esa fase al Nàstic, que anotó otro tanto por mediación de Uche a los 22 minutos, pero el árbitro lo anuló por falta en ataque del delantero rojillo.
Se iba abriendo el partido y ambos equipos concedieron alternativas en el dominio y en las ocasiones. La más clara en las botas de Pozo, que a la media hora cruzó demasiado un remate al que Dimitrievski, portero local, no llegó a pesar de la estirada.
Uche puso la réplica con una oportunidad inmejorable cuando, solo delante de Soriano y con todo a su favor para ampliar la ventaja, enviaba el balón fuera.
Pero, dos minutos después, Xavi Molina ampliaba la ventaja local tras aprovechar un barullo dentro del área y rematar un balón perdido al fondo de las mallas.
Se reanudó el segundo acto igual que empezó el primero, con una ocasión clara del Sevilla Atlético, pero de nuevo Pozo no supo definir reducir distancias y meter el miedo en el cuerpo del Nàstic.
El golazo de Carlos Fernández, en el minuto 76, hizo justicia a los méritos de unos y otros en un segundo tiempo que perdió en intensidad, sobre todo por parte de los locales, que durmieron el encuentro para que el marcador ya no se moviera y supieron neutralizar las llegadas visitantes.
 
 

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