Ilusiones reencontradas ocho meses después
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Heliópolis vive días de fiesta merced a la felicidad que se mantiene instalada en el Benito Villamarín. Un éxtasis motivado por el histórico triunfo del pasado sábado en el Sánchez-Pizjuán, que debe suponer un extra de motivación para este año que recién comienza. La primera parada de ese camino reside en la cita ante el Leganés, que estará dotada de alicientes más que suficientes para hacer del feudo bético una caldera.
Un fogón que, además de la resaca que aún persiste del derbi, estará caldeado por la vuelta del ariete prodigio, del mayor goleador de la historia bética. Rubén Castro volverá a la que fue su casa ocho meses después, tras la última cita en la que vistió las trece barras. Cabe remontarse más de medio año atrás para vislumbrar la última vez que el canario portó la elástica verdiblanca, en un encuentro donde el 24 puso el broche dorado a la temporada con un doblete ante el Sporting.
Goles que aún recuerda y anhela la parroquia del Villamarín, que ha depositado en Rubén Castro las esperanzas del que espera ser su 'mejor fichaje'. La alargada ausencia de Sanabria sobre los terrenos de juego ha acelerado la puesta a punto del canario, que se antoja como pieza clave para aupar al Betis hasta el que debe ser su hábitat natural, la lucha por Europa. Una cita, la del Leganés, que servirá para ofrecer los primeros minutos al delantero tras su exilio chino y que la hinchada vuelva a disfrutar del mejor baluarte ofensivo de su historia.